lunes, 29 de agosto de 2011

TEATRO DENTRO DE LA ÓPERA

Los comediantes, en la época isabelina,  disfrutaban de un grado notable de autonomía. Como diversión, acostumbraban a dirigirse a los espectadores con ironías improvisadas. Les servía para salir de la rutina del personaje que interpretaban. Lo que se ha venido en llamar, “teatro dentro del teatro”, fue creado por Shakespeare para aprovechar, precisamente, esa faceta espontánea que tenían los actores. El recurso, lo empezó a aplicar pronto en sus obras, el dramaturgo inglés. Lo hizo ya, en la mascarada de “La tempestad. Pero el ejemplo más claro es el de “Hamlet”. Se pueden encontrar otros casos semejantes, entre los autores de aquella época.

Un corral de Comedias en Argamasilla
El teatro shakesperiano, parece estar escrito para soportarlo todo en cualquier periodo de tiempo. Por eso, es intemporal, que es tanto como decir, eterno. Ha tenido gran número de adaptaciones modernas y antiguas. Basado, probablemente, en principios medievales, el éxito de la representación, dependía, entonces, de los actores. La escenografía y el vestuario, eran aún muy pobres. El empleo de estas espontáneas manifestaciones de los comediantes, generalmente humorísticas, hacía más entretenido y llevadero su trabajo.

Escena de La novia vendida
En esta fórmula de “teatro dentro del teatro”, la escena lírica ha dejado bastantes momentos. Pero, han sido a partir de la llegada del Verismo, en el  último tercio del siglo XIX. Esta escuela, tenía como principio- no demasiado estricto- incluir en las óperas una escena de esa clase. Existía la creencia de que apoyaba, de alguna manera, la acción dramática y resultaba atractiva al espectador. Pasemos a relacionar las obras en las que he encontrado este efecto, de “Teatro dentro de la Ópera”: 

1.     “Hamlet” de Thomas
2.     “Ariadne auf Naxos” de R. Strauss
3.     Pagliacci (Payasos)” de Leoncavallo
4.     “El retablo de Maese Pedro” de Falla
5.     La novia vendida” de Smetana
6.     “Iris” de Mascagni
El Dulcama del Elixir
7.     Adriana Lecouvreur” de Cilea
8.      “Fedora” de Giordano
9.      “Andrea Chenier” de Giordano
10.     “Le convenienze ed inconvenienze teatrali (Conveniencias e inconveniencias teatrales)” de Donizetti
11.  Asimiladas:
a.   “L’elisir d’amore” de Donizetti
b.    “El murciélago” de J. Strauss, hijo
c.    “La mujer silenciosa” de R. Strauss
d.   Capriccio” de R. Strauss

Adriana Lecouvreur”, “Fedora”, Pagliacci (Payasos)”, “Andrea Chenier” e Iris”, son cinco Óperas Veristas. Las demás pertenecen o al nacionalismo musical o al romanticismo y posromanticismo.

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De las treinta y dos óperas inspiradas en el "Hamlet", casi ninguna ha podido resistir al tiempo. Desde luego, ni Domenico Scarlatti, ni Francesco Gasparini, y tampoco Severio Mercadante o Franco Faccio, han logrado con sus "Hamlet", pasar a la posteridad. El de Ambroise Thomas, ha aguantado más el tipo, aunque a duras penas. Puede decirse que, de vez en cuando, aún se ve en los escenarios. Quizás la adopción por parte del autor, de melodías sugestivas y una coloración orquestal especial, han conseguido no olvidarla del todo.

La escena de “Hamlet” que corresponde a “teatro dentro del teatro”, se origina en el tercer acto. Es de noche y la corte se reúne en la gran sala del castillo, iluminada con profusión. El joven heredero de Dinamarca, ha contratado a un grupo itinerante de actores. Un pequeño escenario los alberga. Son: un Rey, una Reina, un Malvado y unos Pajes. Inician una pantomima. La que hace de Reina, lleva al Rey a un lugar apartado. El Rey, se duerme.

El Malvado, aprovecha su estado, y le introduce veneno por el oído. Luego le quita la corona y se la pone sobre su cabeza. Claudio, el presunto Malvado, que mató al padre de Hamlet, muy disgustado y aterrorizado, por lo que ha visto, abandona con prisa la fortaleza. Ante esa actitud, el príncipe se convence de la culpabilidad de su padrastro, tramando su asesinato.

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Ariadne auf Naxos”, de Richard Strauss, es otro ejemplo clarísimo de “Teatro dentro de la ópera”. Concebida, en principio, como un híbrido que combinaba la obra de Molière, “El burgués gentilhombre”, con una música creada para acompañarla. Su reducido éxito, obligó a Strauss y Hoffmannsthal, autor del texto, a cambiarla- eliminando la parte de teatro- y dejándola en un Prólogo, donde se explica el porqué de la mezcla de estilos, y un Acto, donde hay una ópera seria y una bufa, ésta última, derivada de la “Comedia del Arte”.
Escena de la ópera bufa

El Prólogo, es una obra maestra de teatro moderno: una deliciosa diversión teatral. Los cantantes están a punto de salir a escena y representar a sus personajes. La acción, entre bastidores, muestra a las claras, que no son más que personas de carne y hueso. ¿Se trata de la sesión o es todavía el ensayo? Esta es la pregunta que hacen los cantantes, en el momento de levantarse el telón.

Muy brevemente, su argumento relata,  cómo un rico hacendado vienés, quiere representar en su palacio dos óperas: una seria, y cómica la otra. Después de la cena, cae en la cuenta de que el espectáculo va a durar demasiado, y obliga a que las dos funciones se realicen juntas. Se ven todas las incidencias del teatro por dentro y como montan y realizan la función.

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Teatro dentro de la ópera
Otra espléndida combinación de este género, se da en el final de “Pagliacci”. En él, un teatro ambulante, que está en el escenario, empieza a representar una comedia, con los personajes de Pagliaccio, Taddeo, Arlequino y Colombina (todos de la Comedia del Arte). De repente, la comedia se convierte en tragedia. Uno de los comediantes, mata, por celos, a la que hace de Colombina. Así que, existen tres colectivos bien diferenciados: los protagonistas (en su doble faceta de personajes de la ópera y actores de la comedia), el público, de ficción, que asemeja estar viendo la función- sentado en el escenario- y, por último, nosotros, los verdaderos espectadores. También se dan dos historias en paralelo, que luego confluyen: la de los personajes de la ópera y la de- estos mismos- pero convertidos en actores de la comedia que se está escenificando, en el teatrillo del palcoescénico.
El asesinato

En la obra, no se cumple la máxima manifestada por G. B. Shaw de: “El tenor, quiere acostarse con el soprano, pero el barítono se lo impide”. Aquí el esposo engañado, está representado por un tenor, mientras que los amantes, tanto el rechazado como el correspondido, son barítonos. Leoncavallo, autor de su propio libreto,  presenta su juego con real maestría. La necesidad de resolver musicalmente la doble escena (teatro dentro del teatro), le lleva a hacer dos ambientes musicales, uno arcaizante, casi mozartiano, para la comedia de máscaras, y otro, hecho para la tragedia.

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El Retablo de Maese Pedro”, curiosísima obra de nuestro músico más universal. Encargada por la princesa de Polignac, hija del fabricante americano de máquinas de coser Singer. Lo hizo para que fuera representada en su mansión,  por un teatro de títeres. Es un episodio del Quijote y un ejemplo perfecto, de Teatro dentro de la Ópera. Representa al hombre, movido por los hilos de un poder invisible. Falla, se encargó de dejar clara la separación de funciones: los cantantes que se encargaban de cantar y los títeres que se reservaban el papel figurativo e ilustrativo, de la historia narrada. Hay un tercer nivel y es el que mueve los hilos de los muñecos. Su presencia visible, sirve para dejar clara la separación de los otros dos niveles de la ficción.

Escena
El llamado Caballero de la triste figura, llega a una venta con su jamelgo y su escudero. Allí se están preparando para una función de títeres. Mientras un narrador va contando la historia, las marionetas se mueven, representándola. En un momento dado, don Quijote, que confunde realidad con ficción, se enfada, quiere defender a la dama-títere, y arremete contra todo el teatrillo, destrozándolo y dejando, sin sustento, al bueno de Maese Pedro.

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La novia vendida”, ópera del primer nacionalismo checo, es folclórica, pero muy grata de ver. Desde el primer momento fue muy bien recibida. Las razones de esta buena acogida son, por un lado la calidad de su música, y por otro, el benévolo humor con que son presentados y tratados los personajes. Respecto a la música, adquirió fama mundial por sus melodías cantables, por el equilibrio entre la vitalidad y profundidad de las danzas y, finalmente, por la acertada caracterización musical de los personajes.

Escena
Una pareja, ve su futuro en peligro, pues los padres de ella, quieren casarla con otro que es algo retrasado. Un casamentero, interviene ofreciendo dinero al muchacho para que renuncia a matrimoniarse. Él acepta, con la condición de que ella “solo se podrá casar, con el hijo del terrateniente del pueblo”. Todos se indignan por haber vendido a la novia. Tras muchas escenas costumbristas, la ópera llega a su final. Se demuestra que quien recibió el dinero por no casarse, es también hijo del terrateniente. De acuerdo pues, con el contrato, tiene derecho a desposarla. Será, finalmente, la novia quien, elija entre dos: su novio o su pobre  y retrasado hermanastro. Y elige bien, claro está. En el tercer acto, llega al pueblo toda una troupe de Circo. Se ve en escena la actuación de saltimbanquis, payasos, equilibristas, etc.

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Escena
Iris”, es una lástima que esté tan olvidada, porque explota un lado curioso del verismo: el exotismo. Fue la puerta por la que, los compositores veristas, empezaron a fijarse en el mundo oriental.  Historia de ambiente japonés, inventada por uno de los libretistas de Puccini, Luigi Illica. Hacia la mitad del primer acto, dos personajes malvados, intentan raptar a la joven protagonista, con intención de explotarla sexualmente en una casa de geishas. Para atraerla, montan un pequeño tinglado con marionetas. Los muñecos, van relatando la historia de una joven, salvada de la esclavitud a la que quería condenarla su padre. Iris, enfrascada en la visión teatral, casi no se da cuenta de que esos dos individuos, se la llevaban. Aparece en la casa de geishas y es despreciada por su abuelo, creyendo que ha entrado voluntariamente. Desesperada, corre hacia un pozo y se arroja en él.

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Escena
Adriana Lecouvreur”, es una ópera relativamente poco conocida, que merecería se escuchase más. Su creador, Francesco Cilea, está encuadrado en el verismo, también llamado naturalismo musical. Sin embargo, sus melodías, lejos de ser apasionadas y excesivas, son líricas y melancólicas. Al componer esta obra, el autor intentó combinar, con muy buena fortuna, algunos de los ideales del belcantismo del pasado, con las necesidades expresivas del teatro verista. La protagonista es una actriz de la Comédie Française, que muere, envenenada por el perfume de unas flores emponzoñadas. Siguiendo la tradición verista, en el tercer acto se incluye una escena de Teatro en la Ópera. Una pantomima cuyo título es “El juicio de Paris”.

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Fedora: Teatro dentro de la ópera
Fedora”, más que una ópera, parece una novela de detectives, lo que no fue obstáculo para obtener un considerable éxito de público, aunque la crítica fue remisa. La tónica verista de multiplicar los personajes secundarios y situar algo de teatro dentro del teatro, se dan completamente en ella. Pero este último efecto, se limita a un pequeño recital de piano, en escena, mientras, los protagonistas, debaten cuestiones vitales para ambos.

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Andrea Chenier
Andrea Chenier”, ópera de una dificultad más que notable para el papel protagónico, tiene, siguiendo su escuela, una breve pantomima en el primer acto, acompañada de clave. Asimismo, yo encuadraría también el recitado de Andrea, por ser más propio de un teatro,  que de una ópera. El libretista Luigi Illica, consigue con ella, un texto que combina el drama pasional, con la intriga política. Por su parte, el compositor logró, con esta sola obra, la celebridad mundial. Historia encuadrada en la época del terror, nos dibuja a un poeta, asiduo a la revolución, pero por intrigas políticas, sufre persecución y posterior muerte.

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Escena de Le Convenienze......
Uno de nuestros seguidores, llamado Rosaro, nos ha escrito muy amablemente, indicando que debía incluir en el artículo del Teatro dentro de la Ópera, “Le convenienze ed inconvenienze teatrali (Conveniencias e inconveniencias teatrales)” del autor bergamasco Gaetano Donizetti. Nos explica que: “en realidad, se trata de una ópera dentro de la ópera, pero en esa obra encontramos divertidas alusiones a las excentricidades y caprichos de unos cantantes que torturan al compositor para tener un papel mejor; a la mamá de la principiante que insiste en que su niña es la mejor; o a los apuros del empresario para financiar la función”.

Una representación en Concierto
de la obra en La Scala
Tengo que reconocer que, aunque la he oído nombrar, nunca la vi representar y, a lo más que he llegado, es a identificar su nombre como obra del compositor. Basada, probablemente, en una adaptación de dos comedias de Antonio Simone Sografi, una de 1794 (Convenienze) y la otra de 1800 (Inconvenienze), ambas escritas en alemán. La Wikipedia nos dice que es también conocida como:Vivva la mamma”. Era, originalmente, de un solo acto y así se estrenó el 21 de Noviembre de 1827 en el Teatro Nuovo de Nápoles. Tres años más tarde se amplió. En el mundo de habla alemana, se sigue representando, generalmente, en su traducción alemana, porque los gags de la parodia perderían esencia.

La obra es un dramma giocoso, en dos actos, con libreto del propio Donizetti, asistido, posiblemente, por Domenico Gilardoni, el libretista de algunas de sus óperas anteriores. Este escritor fue,  también, quien hizo la adaptación al italiano. La ópera tuvo su estreno el 20 de Abril de 1831 en el Teatro della Canobbiana, en Milán. El título se refiere a las normas relativas a la clasificación de los cantantes (primo, secondo, comprimario) del siglo XIX en la ópera italiana.

Donizetti
Su primer renacimiento moderno se logró en Siena, en 1963. Desde entonces, ha aparecido en bastantes traducciones y bajo diversos títulos. Una representación alemana se realizó en Munich en 1969. En el Reino Unido, no se representó hasta el 9 de abril 1976, por una compañía de aficionados (Taller de Ópera de Harrow), precedida por una emisión en 1969 de la BBC. Ópera Rara produjo la versión en un acto en inglés. En los EE.UU., se realizó, por primera vez, en Terre Haute, Indiana, el 2 de abril 1966. En 2004, la produjo la Ópera de Monte Carlo con June Anderson. En octubre de 2009, la ópera se realizó en La Scala bajo la dirección de Marco Guidarini.

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Dulcamara
L’elisir d’amore”, en un sentido estricto, no puede considerarse que tenga una escena de Teatro dentro de la Ópera. Pero si algo que, en mi opinión, se le aproxima. Me refiero a la llegada al pueblo, con su cargamento y al son de trompeta, del embaucador doctor Dulcamara. Lo hace a lo grande, armando mucho ruido para atraer a la gente, y así poder vender mejor su mercancía: el elixir mágico que sirve para curarlo todo. De manera que esto, a mí, me parece un efecto muy teatral, unido, a su aria principal, que tiene un sentido discursivo, al estilo de los charlatanes de feria.

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La fiesta del segundo acto
El murciélago”, la opereta más activa del rey de los valses, tampoco tiene de un modo directo, una escena de lo que estamos buscando. Sin embargo, ha de considerarse que en el segundo acto, en la fiesta que se celebra en la casa del Conde Orlofsky, existe la costumbre inveterada de paralizar la acción. Se hace para dar paso a una serie de invitados, que no figuran en el programa. Provocan, como es natural, la sorpresa en el auditorio. Generalmente son cantantes famosos que, cada teatro, contrata para la ocasión, de acuerdo con sus posibilidades económicas. Es como si el teatro hubiese aterrizado en la representación.

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La mujer silenciosa
La mujer silenciosa”, tiene de antecedente directo al “Don Pasquale”, de Donizetti. Es casi la misma historia de base, aunque difiere en los cómos. Si lo traigo a relucir, es porque existe una compañía de ópera italiana, que entra en la casa del viejo solterón, y le incordia todo lo que puede para obligarle a que consienta la boda de su sobrino, con la prima donna, de la empresa lírica.

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Capriccio
Strauss en su última ópera, "Capriccio", hace un ejercicio intelectual, disertando durante toda la obra, sobre ópera y teatro. Lo hace, en largas conversaciones donde, se preguntan que ha de ser antes, la palabra o la música. En una carta que Strauss dirigió a su libretista, demuestra sus intenciones: “Quiero una ingeniosa paráfrasis dramática sobre el tema: primero las palabras, luego la música (Wagner), o primero la música luego las palabras (Verdi), o bien sólo palabras, nada de música (Goethe) o sólo música, fuera las palabras (Mozart)”. Se entrecruzan dos acciones: la de la vida, y la del teatro. La vida se representa, mientras que, el teatro, se vive.

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Y hasta aquí he podido llegar, si alguno sabe de otros casos en que se dé, el Teatro dentro de la Ópera, no tiene más que decírmelo que, con mucho gusto, ampliaré la lista.
Agradecido a Rosaro por su colaboración y ruego perdone mi tardanza en incluir la ópera de Donizetti. He estado enfermo y no ha podido ser antes.

viernes, 12 de agosto de 2011

BILBAO Y LA ÓPERA

La afición de los vascos por la música cantada, se remonta muchos años atrás y es una de sus características como pueblo. A lo largo de nuestra historia, hay testimonios de cantares y endechas, que llegan a través de la Edad Media, hasta el Renacimiento. En esta última etapa, prolifera ya la música polifónica. Con la llegada del barroco, se crean numerosas capillas musicales, villancicos, coplas y pastorales. Pero con el romanticismo del siglo XIX, se alcanza el punto máximo de obras musicales vascas, tanto clásicas como populares.

Todo lo anterior, refuerza la opinión de que el pueblo vasco, canta. Esto, se puede verificar en cualquier manifestación social festiva, a la que acuda gente de este territorio. Por ejemplo, si hay cuatro vascos en una comida de celebración, estad seguros de que, a los postres, habrá un coro cantando. Existe mucha tradición popular de agrupaciones, de diverso tipo, que tienen como denominador común, el Canto.

Considerando que la ópera es un teatro cantado, no podrá extrañar que exista una amplia afición por el género. En Bilbao gustan, en general, los tenores y barítonos. El público, pide voces recias, con potencia, más que ligeras o lírico-ligeras. Bien, sobre todo esto, voy a hacer mi comentario. Si os apetece, seguidme.

EL PAÍS VASCO EN LA ÓPERA
Se trata de referirnos a unas determinadas óperas, algunas famosas y otras no tanto, hechas por autores que no son vascos, pero que hacen referencia, de alguna manera, al País Vasco: 

1.   Paul Vidal, estrenó en 1895 un drama lírico titulado “Guernica”. En él se oye el “Gernikako Arbola”, uno de los Himnos Oficiales de la Comunidad.
2.   Jules Massenet, eligió un tema vasco, para “La Navarraise”- de un marcado acento verista- cuyo debut, en la Ópera Cómica de París, se hizo en ese año de 1895.
Carmen y don José
3.   Próspero Merimée, en su novela “Carmen”- que da lugar a la ópera homónima- hace oriundos a Don José, de Elizondo y a Carmen, de Echalar, pueblos del Valle del Baztán navarro. 

4.   Euskera, es el idioma en el que hablan los protagonistas, en algunos momentos, de la novela original de “Carmen”. 

5.   En el País Vasco, nace pues, el mito de “Carmen”. 

Los gitanos de "El Trovador"
6.   Sebastián Iradier, organista alavés, es el autor de la habanera de “Carmen”. Bizet la tomó prestada, de un cuaderno de canciones. La partitura, más popular, de este músico vasco, es “La paloma”. 

7.   Los Montes Vizcaínos son la morada de los gitanos de “El trovador”, de Giuseppe Verdi. 

8.   En San Sebastián, Camilo Saint-Saëns, tomó apuntes de música autóctona, que aprovechó para “Sansón y Dalila”. 

9.   Hermann Hans Wetzler, compositor alemán, estrenó en Leipzig, en 1928, una ópera de ambiente vasco, titulada “La Venus Vasca”, en la que hay una danza sinfónica en estilo vasco.

Como podéis ver, no son pocas las referencias alusivas al País Vasco, entre las óperas de autores no vascos.

MÚSICOS VASCOS
Ya se ha dicho que, el Romanticismo, fue importante, en música, para el territorio. En él se concentran los principales autores, que detallo a continuación: 

Juan Crisóstomo de Arriaga
1.   Juan Crisóstomo Arriaga (1806/1826)
2.   Hilarión Eslava (1807/1878)
3.   Emilio Arrieta (1823/1894)
4.   Pablo Sarasate (1844/1908)
5.   José Mª. Usandizaga (1887/1915)
6.   Pablo Sorozábal (1897/1988)
7.   Aita Donostia (1886/1956)
8.   Tomás Garbizu (1901/1989)
9.   Jesús Arambarri (1902/1960)
10. Jesús Guridi (1886/1961)
11.  Francisco Escudero (1913/2001)
12.  Resurrección Mª. Azkue (1864/1951)
13.  Carmelo Bernaola (1929/2002)
14.  Luis de Pablos (nacido 1930)
15.  Antón Larrauri (nacido 1932)

Jesús Guridi
La precoz muerte de Arriaga, no le impidió ser conocido como el “Mozart vasco”, destacando, entre otras, su Sinfonía en reArrieta, compuso óperas españolas, como “Ildegonda”, “El dominó azul” y “Marina”. Sorozábal, es autor de interesantes zarzuelas como “La tabernera del puerto” y “Katiuska”. Destacar las “Diez Melodías Vascas” de Guridi. Los tres últimos (BernaolaDe Pablos y Larrauri), se dedican a música clásica moderna.

Hay historiadores que incluyen también en esta relación al compositor impresionista, Maurice Ravel (1875/1937), por el hecho de haber nacido en el País Vasco, francés, (Ziburu, Iparralde), y ser hijo de padres vasco-franceses. Realmente, ni en su música ni en su sentir, demostró tener aspiraciones nacionalistas.

Julián Gayarre
Aún hay que citar a importantes Intérpretes Musicales, como: 

1.   Dughen Eguileor (Tenor)
2.   Florencio Constantino (Tenor)
3.   Ignacio Tabuyo (Barítono)
4.   Julián Gayarre (Tenor)
5.   Julio Catania (Bajo)
6.   Tomás Aragües (Director de Orquesta)
7.   Nicanor Zabaleta (Arpista)
8.   Joaquín Achúcarro (Pianista)
9.   María Bayo (Soprano)
10. Ainhoa Arteta (Soprano)
11. Asier Polo (violonchelista)

Las dos sopranos, la primera navarra y la segunda guipuzcoana, así como el pianista, bilbaíno, y el jovencísimo violonchelista, también del bocho, son de absoluta actualidad, pues siguen en activo, dando conciertos y recitales.

ANTECEDENTES
La ópera, prendió pronto en nuestra ciudad. Se ha constatado que, en 1673, se habilitó la Alhóndiga Municipal de Bilbao, para hacer las primeras representaciones de las que se tienen noticia. Eran, naturalmente, de ópera italiana. En 1772, existen documentos por los que el Consulado de Bilbao,  subvencionó con, dos mil reales, y otros mil- cuatro años después-, a un tal Nicolás Setero, para llevar a cabo funciones de ópera en el patio de la Casa Consistorial.

Entre 1828/33, las exhibiciones operísticas pasaron al “Café Suizo”, donde, los aficionados pudieron deleitarse con obras de Rossini, Bellini y Donizetti, cantadas por italianos. Entre ellos figuraba el mítico barítono Ronconi. Del 5 de abril, al 27 de setiembre de 1858, se programó en el “Nuevo Teatro” una temporada de ópera, que resultó brillantísima.

Empezó con “Ernani”, para seguir luego con “Traviata”, “Trovador”, “Barbero”, “Norma”, “Luisa Miller”, “Lucrezia Borgia”, “Rigoletto” y “Lucia”. A este teatro llegó Gayarre entre el 9 de abril y el 16 de mayo de 1882, estableciendo una marca difícil de batir: veinte títulos en otros tantos días.

En 1890, entra en juego el “Nuevo Teatro” (ahora “Arriaga”), organizando temporadas periódicas de ópera hasta 1914 (año en que se incendió). Una vez más, se trataba de obras italianas, francesas y alguna alemana (“Lohengrin”). Participaron figuras locales - el tenor de Algorta, Cándido Menchaca- y nuestros artistas ya consagrados, Constantino y Eguileor.

El quinquenio que va del 29 de Mayo de 1909 (estreno de “Maitena”) al 29 de mayo de 1914 (estreno de “Urlo”), fue especialmente fructífero para la ópera  vasca, en el “Teatro Campos Elíseos”,  por los numerosos estrenos representativos.
Teatro Campos Elíseos
En 1918 se organizaron dos temporadas en paralelo, una en el “Campos Elíseos” y otra en el “Coliseo Albia”, con tenores universalmente conocidos como Giuseppe Anselmi, y Tito Schippa. En 1925 se pudo oír a Miguel Fleta (“Teatro Buenos Aires”) y al año siguiente fue, otro tenor mítico universal: Hipólito Lázaro (“Teatro Arriaga”). Más tarde, en Agosto de 1946, los aficionados se deleitaron con una de las figuras legendarias: Beniamino Gigli (“Teatro Arriaga”). Pero aún les faltaba el lujo de Giuseppe Di Stefano (1947- “Arriaga”) y Mario del Mónaco (“Teatro Ayala”-1948).

LA ABAO
El comienzo de los años cincuenta, del pasado siglo, no fue bueno para los aficionados a la ópera. En las fiestas de la Semana Grande de 1952, se anunció que una gran compañía, había llegado a Bilbao. Era la empresa de Esteban Leoz, antiguo cantante, discípulo de Fleta en el Conservatorio de Madrid. Ubicados en el “Teatro Buenos Aires”, sede actual de los Juzgados, hicieron varias funciones, todas ellas, a teatro lleno. Escenificaron cuatro títulos: “La Traviata”, “La Bohème”, “Pagliacci” y “Cavalleria Rusticana”. 

Parece ser que el nivel artístico, no fue bueno. En palabras de un gran aficionado, José Antonio Lipperheide, aquello “había sido una estafa”. Otros dos  asistentes a estas representaciones, Juan Elúa y José Luis de la Rica, coincidieron plenamente con José Antonio, en que la temporada, “resultó calamitosa”. Para completar el trío, se les unió el médico otorrino, Guillermo Videgain. Los tres resolvieron que “aquella situación debía concluir”. Bilbao necesitaba llenar el vacío operístico, que no conseguían colmar, ni las Compañías de Provincias, ni los primeros discos de microsurco.

Ante este caos lírico, se sucedieron reuniones, en Bilbao, de los aficionados más inquietos. El desaparecido Café Bernabé, y en el Bar Eboga, fueron los puntos de concentración. Por iniciativa de Juan Elúa, fue tomando cuerpo la idea de crear una entidad, “capaz de organizar óperas de calidad”. Así, el 9 de abril de 1953, quedaba oficialmente constituida la ABAO, es decir, la “Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera”.

Primera Junta Directiva
Esta institución privada, ha sido la única que supo traer a Bilbao, y a las otras dos provincias vascas, una programación estable de ópera. Sus directivos, se enorgullecen de ello y, también, de no haber suspendido nunca una función. Ya se ha cumplido el cincuentenario de su creación y se mantiene firme en el empeño. Durante este tiempo, ha conseguido poner a Bilbao, en el marco de las temporadas líricas de referencia.

Para llegar a ser socio, no se exige ninguna condición, salvo la de pagar todos los meses, la doceava parte de las entradas de la temporada completa, que varía, de acuerdo con la localidad que elijas. Los pilares en los que se ha basado la Asociación para seguir existiendo, son: 

1.Haber sabido Involucrar a los poderes Políticos y Económicos
2.Apoyar la Creación del “Coro de Ópera de Bilbao” (soporte imprescindible de las funciones)
3.Aprovechar las orquestas del país, aumentando así su repertorio
4.Promocionar la afición, incrementando el número de socios
5.Intentar modificar hábitos de escucha con óperas menos conocidas.

La temporada de ópera de Bilbao, organizada por ABAO, se ha convertido en la cuarta más importante de España, después de Madrid, Barcelona y Valencia. Allí se pueden oír, buenas voces líricas y ver estrenos, que son difíciles de encontrar en otros teatros, por infrecuentes. A nivel internacional, pertenece a “Ópera Europa”, en la que se integran, los principales teatros del continente. La sociedad, acepta la importancia de una asociación que ha sabido amoldarse al paso de los años.

Por eso, hoy en día, no se dedica solamente a organizar el festival, que ya sería mucho, sino que, además, tiene una serie de actividades complementarias que, hablando de memoria son: 

A.   Programa didáctico para colectivos (Colegios, Agrupaciones, etc.), consistente en
a.   Una charla sobre ópera
b.   Visita al Palacio Euskalduna
c.    Visita al montaje de una ópera
d.   Asistencia a un ensayo general 

B.   Ópera Txiki, programa escolar, exclusivo para niños acompañados. En él se representan óperas escritas expresamente o adaptadas, a la mentalidad de los pequeños 

C.   El “Tutto Verdi”. ABAO está representando, a lo largo de sus temporadas, las veintiocho óperas del maestro de Busseto, con sus correspondientes versiones 

D.   El Concierto de ABAO, en el que, todos los años, trae a algún cantante relevante. 

E.   La asistencia a los Ensayos Generales a precios mínimos. 

F.   La Venta rebajada, de entradas, diez minutos antes del comienzo de la función.

No recuerdo más actividades, pero seguramente me habré olvidado alguna. Aparte de esto, en cada temporada, confecciona el Anuario de la asociación, un libro en el que vienen comentadas las óperas que van a representarse y un CD y un Vídeo, con fragmentos de la temporada anterior.

LAS ORQUESTAS
La Orquesta Sinfónica de Bilbao
La Comunidad dispone de una orquesta denominada “Orquesta Sinfónica de Euskadi-OSE”, pero “el bocho”, tiene la suya propia (Orquesta Sinfónica de Bilbao- BOS), una agrupación de muchos años. Las dos, junto con alguna otra a la se invita a participar- como la “Orquesta Pablo Sarasate de Pamplona”- constituyen la base de las temporadas operísticas en esta plaza. Aún hay una tercera orquesta, que se está formado. Fue creada en 1997 y recoge a jóvenes intérpretes (La joven Orquesta de Euskalerría- EGO).

La “Orquesta Sinfónica de Bilbao”, ofreció su primer concierto el 8 de marzo de 1922, en el Teatro Arriaga, bajo la batuta de su titular, Armand Marsick. Desde entonces, ha tenido muchos directores, de los cuales citaremos a: Jesús Arámbarri, Rafael Frühbeck de Burgos, Urbano Ruiz Laorden, Theo Alcántara y Juanjo Mena. Desde julio de 2008, Günter Neuhold, asume la dirección titular y artística de la Orquesta.

Juanjo Mena
En julio de 2003, la BOS- bajo la batuta de Juanjo Mena- fue invitada para actuar en el Teatro Mariinski de San Petersburgo. Celebraban el trescientos aniversario de la ciudad. Este concierto provocó una proyección internacional de la Orquesta. Es invitada con regularidad a los festivales, “Les folles journées”, de Nantes y “La Roque D'Antheron”, de Marsella.

Además de sus giras, la BOS ha actuado en el Auditorio Nacional de Madrid, en la Quincena Musical Donostiarra, en el Festival Internacional de Santander, Festival de París, Festival de Música Religiosa de Cuenca, y en el ciclo "Orquestas del Mundo" de Ibermúsica. En 2007 tomó parte en el festival de Japón, ofreciendo diez conciertos en el "Tokio International Forum", al que asistieron más de cuarenta mil espectadores.

Asimismo, la orquesta tiene que realizar una iniciativa pionera: dar conciertos didácticos (el primero fue en 1985). Todo ello, sin olvidar su temporada de abono en el Palacio Euskalduna, su natural extensión a las poblaciones vizcaínas, la colaboración en óperas de ABAO y sus giras y salidas.

Teatro Arriaga
Mantiene líneas de colaboración con otras instituciones culturales, como el Teatro Arriaga y el Museo Guggenheim Bilbao, para la organización de eventos de forma conjunta. La actividad de la BOS se desarrolla, gracias al apoyo de sus numerosos aficionados, y a las aportaciones de sus patronos: Diputación Foral de Vizcaya y Ayuntamiento de Bilbao.

No podemos dejar pasar esta ocasión para, al menos, mencionar a la “Sociedad Filarmónica de Bilbao”, agrupación de cámara, modélica entre las de su clase. Concentra a un numeroso grupo de aficionados. No tiene nada que ver con la ópera, pero es una entidad, netamente bilbaína.

LOS COROS
Ya se ha reiterado la relación del pueblo vasco con el Canto. Abundan agrupaciones profesionales, semiprofesionales o aficionadas, que recogen un sentir común: el amor por el Canto colectivo. Se cultiva en Orfeones, Corales, Ochotes, etc. Realmente, es como si se llevara dentro, en lo más hondo de nuestras raíces.
El  Coro de Ópera de Bilbao

Desde la perspectiva de aficionados a la ópera, al primero que vamos a destacar, es al “Coro de Ópera de Bilbao”, uno de los mejores en su especialidad. Su función principal es atender la temporada operística de ABAO. Siguiendo en el ámbito bilbaíno, existe la “Sociedad Coral de Bilbao”, la “Masa Coral del Ensanche”, y otras agrupaciones menores. Para completar la visión territorial, hay que añadir al “Orfeón Donostiarra”, al “Coro Easo”, y a la “Coral AndraMari”, de Rentería, todas en la provincia guipuzcoana.

El “Orfeón Donostiarra”, junto con la “Sociedad Coral de Bilbao”, ambos destacan, por ser los símbolos más representativos de una ya larga tradición en nuestro país. Completamos la relación, con las instituciones navarras: “Orfeón Pamplonés” y la “Coral de Cámara de Pamplona”.

EL REPERTORIO
En Bilbao, lo mismo que en el País Vasco y en toda España, el género operístico, ha estado, está, y, seguramente, estará, dominado por óperas foráneas. Si vemos los programas de las distintas temporadas habidas en la villa, se evidencia una supremacía de lo italiano, con algún título francés y, en menor medida, alemán. Esto lo podemos verificar en el siguiente cuadro. Corresponde a las representaciones de ABAO, en el momento en que cumplía los cincuenta años de existencia:

ÓPERAS REPRESENTADAS por ABAO en 50 AÑOS
Nacionalidad         
Número de Óperas
REPRESENTACIONES
Número
%
Italianas
61
441
77
Francesas
11
57
10
Alemanas
14
49
9
Vascas
7
23
4
Rusas
2
2
0
TOTAL
95
572
100













En cincuenta años, se han representado noventa y cinco óperas diferentes, de las cuales, sesenta y una, han sido óperas italianas (casi siete de cada diez).

Si nos fijamos en las funciones que se han hecho con esas noventa y cinco óperas diferentes (572), aumenta el peso de las funciones dadas con óperas italianas (siete con siete- casi ocho- de cada diez). Descendamos, ahora, a ver el Top de los diez primeros títulos más representados, en estos cincuenta años: 

RANKING de ÓPERAS MÁS REPRESENTADAS en ABAO
Rank
Ópera
Autor
Número
 Funciones
1
Rigoletto
Verdi
20
2
Il Trovatore
Verdi
19
3
La Bohème
Puccini
18
3
Aida
Verdi
18
3
Tosca
Puccini
18
4
La Traviata
Verdi
17
4
Lucia di Lammermoor
Donizetti
17
5
Norma
Bellini
16
6
Nabucco
Verdi
15
7
Manon
Massenet
13
7
Turandot
Puccini
13
8
Il Barbiere di Siviglia
Rossini
12
8
Madama Butterfly
Puccini
12
9
Un Ballo in Maschera
Verdi
11
9
La Forza del destino
Verdi
11
9
Ernani
Verdi
11
9
La Favorita
Donizetti
11
10
Simon Boccanegra
Verdi
10
10
L’elisir d’amore
Donizetti
10
10
Carmen
Bizet
10
Total Diez TOP
282
Resto FUNCIONES
290
TOTAL NÚMERO DE FUNCIONES
572

Se me ocurren algunos comentarios: 

1.   Dentro del ranking, hay bastantes óperas que se igualan entre sí, con lo que se desvirtúa, un poco, la estadística.

Estatua de Verdi en Bilbao
2.   Las dos únicas, en las que, me llama la atención el puesto tan favorable que ocupan, son: “Manon” de Massenet y “La Favorita”, de Donizetti. Seguramente tuvo que ver en ello el difunto Alfredo Kraus. Eran dos obras que le gustaba mucho hacer. Creo que hay preponderancia de cantante sobre título. 

3.   Ha de destacarse, sobre manera, a Giuseppe Verdi, que ostenta el record de tener ¡nada menos que nueve óperas!, en la lista de las diez principales. 

4.   Bien se ve que la plaza de Bilbao es Verdiana. 

5.   Las representaciones de las óperas destacadas como TOP (282), se igualan, prácticamente, con el Resto de funciones (290).


TOP de FUNCIONES de ABAO por COMPOSITORES
Rank
AUTORES
NUMERO DE
PORCENTAJE SOBRE
Autores
Óperas
Funciones
Autores
Operas
Func
1
Verdi
1
18
169
3 %
19 %
30 %
2
Donizetti
1
10
68



3
Puccini
1
7
64



4
Bellini
1
6
41



5
Rossini
1
6
32



6
Massenet
1
2
20



7
Bizet
1
2
17



Otros italianos
7
10
30



Sub-Total
14
61
441
42 %
64 %
77 %
Resto
19
34
131
58 %
36 %
23 %
TOTAL
33
95
572
100
100
100

El treinta por ciento de las funciones realizadas por ABAO en cincuenta años, han sido de óperas de Verdi. Además, globalmente, la ópera italiana, sigue ganando por goleada. Si acaso, me llaman la atención, los datos referidos a Rossini. Me parecen muy altos para la realidad que estamos viviendo, al menos en estos últimos años, en los que, faltan óperas del cisne de Pésaro.

LAS ÓPERAS VASCAS
Encontrar en prensa o revistas especializadas, una noticia que diga van a representar alguna Ópera Vasca, más que una rareza, será un milagro. A primera vista, como no son escenificadas, diríase que “no existieran”. Esto no es así, porque aunque no se den en los teatros, el Catálogo de Óperas Vascas, según los expertos, sobrepasa la Centena. Intentemos una definición de este género. Se entiende por Ópera Vasca, aquella que: 

1.     Está compuesta por autores nativos
2.     Preferentemente en euskera
3.     Y ambientada en la historia propia
4.     Con una base de cultura y música popular
5.     Siendo su objetivo la recuperación de lo nacional
6.     Exaltando e idealizando el mundo rural

El resultado de obras de este tipo, era un inmediato éxito a nivel local y, en ocasiones, fuera del propio territorio. Pero esta definición la considero demasiado estricta. Hay óperas o zarzuelas, en este caso da igual, que siendo escritas por vascos y de ambiente vasco, sin embargo, el texto está en español. Respecto a la música, debería tenderse a la utilización de motivos musicales, basados, inspirados, o inventados, en el folklore musical propio, pero existen muchas maneras de hacerlo.

Según ha escrito en su libro “La Ópera Vasca (1884–1937)”, Natalie Morel Borotra, una de las máximas autoridades en la materia: “considerar la ópera vasca, no es solamente interesarse por un  (relativamente modesto) conjunto de piezas líricas, sino que también intenta comprender el asentamiento o la afirmación de representaciones de las que la cultura vasca actual es aún tributaria en parte”.

El verdadero nacimiento de la Ópera Vasca, se remonta al período 1884/1923. Dio lugar a más de una treintena de títulos. Tras varios intentos de llegar a una Ópera Vasca, más que fallidos e ignorados por amplios sectores, los días 29 y 30 de mayo de 1909, se ponía en el Teatro Campos Elíseos, “Maitena”, una pastoral lírica con música de Charles Colin. Al amparo del éxito de este estrenos, Jesús Guridi y José Mª. Usandizaga, quisieron impulsar el arte lírico y el 29 de mayo del año siguiente, se estrenó, “Mendi Mediyan”. La crítica aplaudió el estreno, apuntando que se trataba de un completo poema sinfónico.

Unos días después del estreno, aparecía sobre el escenario del Teatro Campos, “Lide ta Ixidor”, un cuento fantástico infantil de Santos Inchausti. El 30 de junio, ocurriría el evento de “Mirentxu”, con un resultado extraordinario de crítica y público. Siguió luego “Ortzuri”, de 1911 y tres años después, “Urlo”. Resurrección Mª. de Azkue, tardó casi dos años en terminar esta obra, pero resultó un profundo fracaso económico.

La producción de Óperas Vascas, disminuyó mucho en los años veinte y treinta del siglo pasado, porque no resultaba rentable. Se desviaron entonces, los autores, hacia "el sainete lírico de ambiente vasco", como Jesús Guridi, con “El Caserío”. Tampoco prosperó. Los teatros se inclinaron por dar espectáculos coreográfico-musicales, y "estampas", "cuadros" o "acuarelas" vascas, de tema costumbrista.

Desde principios de los años veinte (estreno de Amaya, de Jesús Guridi), los autores dejaron de crear Ópera Vasca. La guerra civil española empeoró más la situación. Hasta que, en 1957, Francisco Escudero, comenzó a componer “Zigor”. Desde entonces, no ha habido acontecimiento digno de mención.

Aunque es en el siglo XIX, cuando se asientan definitivamente los principios de la Ópera Vasca, ya en 1762, Xabier María de Munibe (Conde de Peñaflorida), compuso algo que asemejaba el género: “Gabonetako Ikuskisuna”.

En el Romanticismo, se hace la primera Ópera Vasca, propiamente dicha, estrenada en San Sebastián. Vamos a nombrar algunas obras que, en su día fueron éxito, pero, hoy, duermen el sueño de los justos: 

1)   Pudente”, la primera ópera vasca, escrita por Serafín Baroja, con música de José Antonio Santesteban. Ofrecida en el carnaval de San Sebastián de 1884.
2)   Txanton Piperri” o “Anboto”, de Buenaventura Zapirain (1899)
3)   Bide Onera” de Aureliano Valle (1907)
4)    “Maitena de Charles Colin (1909) 
5)   Lide ta Ixidor” de Santos Inchausti (1910)
6)   Urlo” de Resurrección María de Azcue (1914)
7)   Larraldeko Lorea” de Aita Donostia 
8)    “Ortzuri” de Resurreción María de Azcue (1914)

Del catálogo general de Óperas Vascas, destacan los siguientes títulos, de algún modo, todavía vigentes, salvo la de Arriaga: 


ÓPERAS VASCAS MÁS FAMOSAS
Autor
Nacido en
Ópera
Juan Crisóstomo de Arriaga
Bilbao
Los esclavos felices
Jesús Guridi
Vitoria
Amaya
Mirenxtu
Francisco Escudero
San Sebastián
Zigor
José María Usandizaga
Las Golondrinas


Dibujo de una escena de
Los esclavos felices
Los esclavos felices”, ópera en dos actos, con libreto de Luciano Francisco Comella, compuesta cuando Arriaga tenía, quince años. Se estrenó en Bilbao, en el teatro de la villa, en 1819. A pesar de ser obra precoz, su técnica es muy sólida y demuestra un gran dominio de la forma que recuerda a Mozart, Cherubini y Rossini, pero con un sello personalísimo.

Dibujo para una escena de Amaya
Amaya” es considerada, como la gran ópera del nacionalismo musical. Estrenada en el “Coliseo Albia” de Bilbao,  el 22 de Mayo de 1920, con la Orquesta Sinfónica de Barcelona y los coros de la Sociedad Coral de Bilbao, dirigidos por Juan Lamotte de Grignon. Su argumento está sacado de la novela homónima de Navarro-Villoslada. Guridi, insistió en esa misma línea de tema folklórico vasco con “Mirenxtu” y la zarzuela “Mari Eli”, pero su obra más conocida es el sainete vasco en forma de zarzuela, “El Caserío”.

Portada de la partitura
Las golondrinas”, fue estrenada como zarzuela pero, una vez muerto el compositor, su hermano (Ramón Usandizaga), la convirtió en ópera. El evento tuvo lugar el 5 de febrero de 1914, en el “Teatro Circo-Price” de Madrid. Asistieron compositores de la talla de Conrado del Campo, Amadeo Vives, Manuel de Falla y Joaquín Turina. Usandizaga era un músico altamente dotado para la melodía y con agudo sentido teatral. Podía haber llevado el drama lírico, a cimas muy altas. Su prematura muerte (a los veintiocho años),  lo impidió. Fue un autor dedicado a su propia cultura, de la que toma melodías y ritmos autóctonos, dándoles un sentido universal.

El estreno de “Zigor”, tuvo lugar el 6 de Junio de 1968, en el “Teatro de la Zarzuela” de Madrid. Constituyó un verdadero hito, pues no se había estrenado nada, en Ópera Vasca, desde los tiempos de “Amaya”. El estreno sorprendió a todos, pues era muy extraño que lo autorizara la dictadura, siendo una obra en euskera. Sin embargo, todavía no había hecho su debut en el País Vasco.

Este acontecimiento, se realizó en el mes de abril del 2003. Encargada por la ABAO al compositor, tuvo como libretista a Manuel Lekuona. Es un tema imaginario pero de raíz histórica. El músico utiliza el “leitmotiv (motivo conductor)”, para la identificación de sus personajes. La ópera presenta considerables novedades estéticas, estilísticas y de lenguaje, con respecto a las óperas de otros creadores que le precedieron.

LOS CANTANTES
Como luego se demostrará cumplidamente, en estos cincuenta años de ópera en Bilbao, han cantado en nuestra villa, los mejores intérpretes mundiales en cada especialidad. Asombra pensar en cómo pudieron decidirse a venir a una plaza, tan poco conocida por aquel entonces. Y aún más, en unas temporadas con categoría más bien modesta. Sea como fuera, el hecho es que sucedió y vamos a ir recordándolo.

Detallaremos, por cuerdas, los cantantes más famosos, con indicación del número de óperas, que han representado en Bilbao, en estos cincuenta años. Es una estadística que he tenido que elaborarme yo mismo, con mucho trabajo y con alguna posibilidad de error. Por esta razón, siempre indico que el número de obras que cantó, cada uno, es aproximado. 

 VECES QUE CANTARON
PARA ABAO EN 50 AÑOS
SOPRANOS
Número
Aproximado
FRENI, Mirella
19
GULIN, Ángeles
18
D´ANGELO, Gianna
9
SCOTTO, Renata
7
CABALLÉ, Montserrat
6
TEBALDI, Renata
2

Mirella Freni
La simpar paisana del difunto Pavarotti, Mirella Freni, hizo su debut en Bilbao, con una Mimí, de “La Bohème”, en 1961. Tenía entonces, veintiséis años. Demostró que poseía voz amplia, con una técnica, más que admirable. Desde entonces, se convirtió “casi” en una bilbaína, por las muchas veces que vino aquí.

Ángeles Gulín, soprano orensana casi de la misma edad que Freni, se estrenó con una Amelia de “Un ballo in maschera”, de 1971. De su crítica entonces, entresaco: “excelente soprano dramática, potentísima de voz y segura de afinación, agudos brillantes y graves amplios y sonoros”.

Para los que tengan curiosidad, Renata Tebaldi, cantó “La forza del destino” y “Adriana Lecouvreur”, en 1962, con unos resultados moderados, pero, eso sí, con muchísimo público.

Monserrat Caballé, hizo “Roberto Devereux” y “Tosca”, en 1968. Obtuvo “un triunfo, tan legítimo, como clamoroso. Dueña de una voz bella y perfecta de extensión, manejó sus facultades con autentico genio”.

María Callas, también estuvo en Bilbao, dando un concierto el 17 de setiembre de 1959. Acompañada por la “Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceo”, a cargo de Nicola Rescigno. Hubo muchos problemas con la llegada de la divina al bocho. Cuando todos creían que se iba a dar por suspendido, el mismísimo día de la función, apareció a temprana hora. Parece ser que tuvo dificultades en la primera parte del programa, recuperándose en la segunda. Pero al ser un auténtico mito viviente, la expectación del público, era máxima. 

VECES QUE CANTARON
PARA ABAO EN 50 AÑOS
MEZZOSOPRANOS
Número
Aproximado
COSSOTTO, Fiorenza
11
SIMIONATO, Giulietta
6
ZAJICK, Dolora
4
LARMORE, Jennifer
2
VALENTINI TERRANI, Lucia
2
HORNE, Marilyn
1
Fiorenza Cossotto

Fiorenza Cossotto, se estrenó en ABAO en 1975, con dos óperas: “Norma” y “Luisa Miller”. “Su Adalgisa sirvió para el deleite, voz de bello timbre, con centros y graves sonoros, musicales y un expresivismo y un fraseo, a los que dio matices dramáticos”.

Giulietta Simionato, es  una de las más tempranas en aparecer en los carteles de las distintas temporadas. Ya en el tercer festival de 1954, figuraba su nombre en tres títulos: “Norma”, “Aida” y “Carmen”. “pletórica de facultades y de expresión, cautivó a los aficionados que, poco a poco, se le fueron entregando”.

Lucia Valentini-Terrani, esa maravillosa intérprete de Rossini, fallecida hace relativamente poco, se presentó con “La Cenerentola”, en setiembre de 1991. “no pudo demostrar su valía, debido a una indisposición”. 

VECES QUE CANTARON
PARA ABAO EN 50 AÑOS
TENORES
Número
Aproximado
KRAUS, Alfredo
27
ARAGALL, Jaime
14
PAVAROTTI, Luciano
7
CARRERAS, José
6
CORELLI, Franco
6
DEL MONACO, Mario
5
BERGONZI, Carlo
4
DOMINGO, Plácido
4
LAVIRGEN, Pedro
3

Alfredo Kraus
 Alfredo Kraus, colaboró en las temporadas, con mucha asiduidad y era muy querido por el público bilbaíno. Es el que más veces ha cantado en Bilbao. Salía ya en los cartelones del sexto festival de 1957, con “La Traviata” y “Rigoletto”. Al año siguiente, hizo horas extras, con Alfredo de “La Traviata”, con el Duque de “Rigoletto”, con el Ernesto de “Don Pasquale” y el Conde Almaviva de “Il Barbiere di Siviglia”. El tenor canario, recibió largas ovaciones. EL año 1957, ha pasado a la historia por la deserción de Mario del Mónaco, en “Pagliacci” y “L’elisir d’amore”, que pudo ser sustituido, a última hora, por un joven Franco Corelli.

Jaime Aragall, este tenor catalán se apuntó a Bilbao, en 1967, cantando en una “Lucia di Lammermoor” y una “La Bohème”. “interpretación excelente de timbre, con afinación cuidada y mucha corrección en el fraseo. Alcanzó un gran éxito”.

Luciano Pavarotti, en su primera época, tuvo mucho que ver con la villa. Se incorporó en 1970, con “Manon” y “L’elisir d’amore”. “El debut, del que se anotaban las mejores referencias, confirmó sobradamente la buena fama, de que venía precedido. De voz muy bella, manejada con auténtica soltura. Toda su actuación, respondió a una línea de notables aciertos”.

Carlo Bergonzi, fue muy madrugador a la hora de integrarse en el festival. Ya en el segundo de 1953, interpretó “Un ballo in maschera” y “Andrea Chenier”. Recientemente había cambiado su tesitura de barítono a tenor. Según la crítica: “no terminó de gustar”. 

VECES QUE CANTARON
PARA ABAO EN 50 AÑOS
BARÍTONOS
Número
Aproximado
SARDINERO, Vicente
16
AUSENSI, Manuel
12
CAPPUCCILI, Piero
10
MANUGUERRA, Matteo
10
BASTIANINI, Ettore
9
BRUSON, Renato
7
MAC-NEILL, Cornel
6

Vicente Sardinero
Vicente Sardinero, su primera aparición fue en 1973, haciendo doblete con “Il Barbiere di Siviglia” y “L’elisir d’amore”, lo calificaron como un barítono “con gracia y vis cómica, amplio de voz y de gesto”. A partir de ese año, pasa a ser un cantante, casi fijo, en las distintas temporadas.

Manuel Ausensi, no fue un cantante que se prodigó en ópera. Sin embargo, para Bilbao, tiene un buen número de actuaciones, que comenzaron en 1955, con una “Manon” y “L’elisir d’amore”. “constituyó toda una sorpresa, acostumbrados como estamos a escucharle en zarzuelas y grabaciones fonográficas. Los espectadores, quedaron gratamente sorprendidos por su voz poderosa y bien timbrada”.

Piero Cappuccili, ha frecuentado esta plaza en varias temporadas (1961/68/71/73/77). Debutó con el Renato de “Un ballo in maschera” y gustó mucho. En 1977, un “Andrea Chenier”, que hizo junto con Plácido Domingo, gustó tanto,  que la crítica, lo alabó en extremo: “El Gerard de Cappuccili, ha sido excepcional, expresivo, fluido, hasta en los pasajes más difíciles logró llegar, a lo que hay que añadir, su apasionado comportamiento”.

Ettore Bastianini
Ettore Bastianini, entra en el juego muy pronto, en el quinto festival de 1956 con un Conde de Luna de “Il Trovatore” y “Rigoletto”. Hubo que posponer la del jorobado por una indisposición de Bastianini. Cuando se realizó, la gente quedó maravillada: “su técnica de canto, la impostación, la vocalización, los recursos de efecto e, incluso, el matiz dinámico, parecieron definitivos. El público sucumbió a su hechizo”.

Con este barítono, en 1958, sucedió una de las cosas más desagradables que hayan ocurrido nunca. En el “Barbero”, hacía de Fígaro, Ettore Bastianini. En un momento dado, le salió mal el fragmento que estaba cantando. El público se enfadó. Y él mucho más, tirando la guitarra, que tenía entre manos, sobre el escenario y despreciando, después, la medalla de oro de la Asociación, que se concedía por primera vez. ¡La que se armó! Esta es la reseña de prensa y tuvo que intervenir la policía: ”Anoche, durante la presentación, en el Teatro Arriaga, de la ópera “El barbero de Sevilla”, el barítono Ettore Bastianini, mantuvo una actitud desairada y de manifiesta desconsideración hacia el público que asistía a la función….. 

VECES QUE CANTARON
PARA ABAO EN 50 AÑOS
BAJOS
Número
Aproximado
CATANIA, Julio
11
RAIMONDI, Ruggero
8
GHIAUROV, Nicolai
2
MONTARSOLO, Paolo
2
MILNES, Serril (*)
1
ROSI-LEMENI, Nicolai
1
(*) Entonces Bajo

Julio Catania
Julio Catania, bilbaíno que comenzó sus estudios en la “Sociedad Coral”, ya en el tercer festival de 1954, le tenemos como Sparafucile en el “Rigoletto” y el Toreador, de la “Carmen”, del que dicen que: “recibió del público una muestra de cariño. Es muy sobrio y tiene graves limpios y fáciles”.

Ruggero Raimondi, se estrenó con una “Lucia di Lammermoor”, en 1961. “Fue eje principal de la velada. Notable en los registros agudos, de un lirismo sorprendente, se movió por la escena con admirable soltura”.

Bueno, hasta aquí llegamos con el tema de los cantantes, que siempre suele resultar, atractivo para unos y polémico para otros. La selección es mía, pero de síntesis. Quiero decir, que es fácilmente intercambiable, porque hay cantantes para seguir eligiendo.

LOS TEATROS
El primer teatro de la villa se construyó en la calle Ronda en 1799 y duró poco, al desaparecer bajo las llamas de un incendio en 1816. Al año siguiente, se levantó uno provisional de ladrillos y sin cimientos (en el mismo lugar que hoy ocupa el Arriaga) y allí se estrenó en 1820 “Los esclavos felices”. Fue derribado en 1827 y entonces se aprovechó para las representaciones, el “Café del Suizo”, abierto en 1811 en la Plaza Nueva.

El Teatro Viejo
Por iniciativa del Ayuntamiento, en 1834 se construyó el “Teatro Viejo”, en la superficie donde hoy se ubica el “Arriaga”, pero fue demolido en la primavera de 1886. En los cuatro años siguientes los bilbaínos, tuvieron que conformarse  con, los menos adecuados,  “Teatro Gayarre”, con vida útil de 1885 a 1889, y el “Teatro Circo del Ensanche”, que estuvo de 1886 a 1890.

Con todo boato, y con la ópera “La Gioconda”, de Amilcare Ponchielli, el 31 de Mayo de 1890 se inauguró el “Teatro Arriaga”, (denominado durante algún tiempo como “Nuevo Teatro”), realizado por el arquitecto Joaquín Rucoba.

El actual Teatro Arriaga
Pero no acaba ahí la historia, porque otro incendio, el 22 de diciembre de 1914, lo dejó reducido a escombros, quedando solamente en pié las fachadas. Se aprovecharon para la reedificación y se reinauguró con el “Don Carlo”, de Giuseppe Verdi, el 5 de Junio de 1919. Como habéis podido leer, este “Teatro Arriaga”, único en plaza con forma de herradura, ha tenido una vida muy atormentada.

Nos falta por citar, como más importantes, al “Campos Elíseos”,  inaugurado el 7 de agosto de 1902, donde se estrenaron una gran mayoría de las óperas propiamente vascas a excepción de  “Amaya” (ésta fue en el “Coliseo Albia”). Dejamos para un capítulo especial, este coliseo que está en la zona de Albia.
Teatro Campos Elíseos

Aunque tuvieron que ver bastante menos con el teatro lírico, existieron en nuestra villa otros teatros como el “Novedades”, de 1878 a 1880, el “Teatro Romea”, de 1883 a 1932, el “Trueba” (de 1913) hoy desaparecido, el “Buenos Aires” (de 1925), sin olvidar el “Teatro Circo” de Licenciado Poza (de 1902), clausurado por un gran desastre ocurrido por falsa alarma, el 24 de noviembre de 1912, donde hubo muchas víctimas, especialmente niños.

PASADO Y PRESENTE
Una foto antigua del Coliseo Albia
El “Teatro Coliseo Albia” es un edificio existente en el centro de Bilbao, que toma su primer nombre de un antiguo teatro-circo que allí había y el segundo se refiere a la zona donde está ubicado. Inaugurado el 23 de diciembre de 1916, con la ópera “Otello” de Verdi, fue la primera y singular obra del, entonces joven arquitecto, Pedro de Asúa. De estilo ecléctico, tenía la cualidad de ser, en su momento, el teatro de más aforo de la villa, y uno de los más capaces de España, con sus 2.530 localidades.

La fachada rehabilitada del antiguo teatro
Cuando se creó la asociación operística ABAO, tuvieron que elegir un teatro donde pudieran hacerse las representaciones. Tras estudiarlo, acabaron concluyendo que el más indicado era el “Teatro Coliseo Albia”. De manera que, el hoy renovado edificio,  dedicado a otros fines, acogió durante casi cincuenta años, las grandes noches de ópera, en las que resonaban las voces de los más importantes cantantes.

El actual Casino
En su rehabilitación, se han respetado estrictamente, las fachadas, renovándose todo el interior para acoger la sede del “Gran Casino Nervión” y un Hotel de cuatro estrellas, que contará con casi cien nuevas plazas hoteleras. Hasta llegar a este nuevo destino, el antiguo teatro, en los últimos años útiles, sufrió inundaciones, explosiones de bomba e incendios y su estado era calamitoso. Se imponía un cambio de teatro, para que pudiese continuar la temporada de ópera en la villa.

Interior Palacio Euskalduna
En Febrero de 1999, se inauguró el “Palacio Euskalduna”, un edificio polivalente, con un diseño fiel a la memoria de su emplazamiento (antiguo astillero). En él se armonizan materiales nobles con ciertas formas de arquitectura naval, que pretenden recordar el casco de un buque. Se proyectó para que pudiera ser utilizado de diferentes modos: Congresos, Conciertos, Reuniones y actividades diversas.

Exterior Palacio Euskalduna
Al amparo de la Feria Internacional de Bilbao, surgen muchos Congresos, algunos internacionales. Otro modo de usarlo es, como sede de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, y allí se celebran sus conciertos, y también los de la Orquesta Sinfónica de Euskadi. La ABAO, sometió a votación entre sus socios el trasladarse a este moderno edificio y la consulta salió positiva. Por tanto, la temporada de ópera, es una más de las actividades de este centro. Concebido más como auditorio que como teatro, tiene buena audición desde cualquier lugar de sus, casi, dos mil quinientas localidades, pero la visión resulta algo lejana en ciertos puntos.

LAS PRODUCCIONES
Poducción Clásica del
Don Carlo de Verdi 2010/2011
Durante muchos años, de esta faceta, quizás podría decirse que se consideraba complementaria o de segunda fila. El escenario del "Coliseo Albia”, era muy limitado y también el foso de la orquesta. No se podían hacer alardes. Teníamos que conformarnos con montajes clásicos en los que destacaban los decorados pintados en papel. Muchas de las producciones que se alquilaban, no podían ponerse enteras. Había que hacer muchas e ingeniosas adaptaciones. La orquesta no cabía en su sitio, si se intentaba traer alguna ópera sinfónica, que requiriese muchos profesores.

Un buen montaje de Billy Budd
Temporada 2009/10
Pero a cambio de estos, llamémosles inconvenientes, aparecieron por Bilbao, como ya se ha visto, prácticamente todas las grandes figuras, que no pusieron ningún problema para actuar sobre el limitado escenario del “Coliseo Albia”. Además, los escenógrafos, se las ingeniaban, sacando sitio de donde no lo había. Como, por ejemplo, aprovechando los laterales del patio de butacas.

Otro montaje, no tan idóneo del
Giulio Cesare de Händel
Con el traslado al Palacio Euskalduna, ha cambiado completamente la situación. Los medios técnicos con los que cuenta, están lo suficientemente al día, como para traer cualquier montaje que se precie, ya sea nacional o extranjero. Quizás valga la pena comentar que, dentro de Asociación, existe una Comisión Artística, que se encarga de la programación, teniendo como principio que, cada temporada debe tener: 

1.   Tres títulos de repertorio
2.   Dos semi-estrenos (obras poco escenificadas) y
3.   Dos estrenos

Otro más de Anna Bolena,
éste tradicional
Con motivo del “Tutto Verdi”, la situación ha cambiado algo pues, están obligados a poner, tres títulos fijos de este compositor. Asimismo dentro de la Asociación, existe la Comisión Escénica. Se encarga de estar informada de las producciones más importantes, viendo cómo puede adaptarse al Euskalduna, con un rápido montaje y desmontaje, entre representaciones, que permita al Palacio, seguir con sus actividades normales. Cuando un título es poco frecuente y no existe producción, se ven obligados a hacer una propia, que luego puede alquilarse a quien lo requiera.

Como realmente corresponde a los tiempos, la ABAO, está cambiando en gustos: ya no se conforma sólo con los montajes tradicionales, quiere entrar en las producciones rompedoras. Imagino que lo hará, teniendo muy presente que, una mayoría de socios, se inclina más por la tradición que por el modernismo.

FINAL
A lo largo de estas páginas, se ha pretendido dar una visión general de cómo se encuentra la Ópera en Bilbao, haciendo también alguna necesaria referencia al País Vasco. La verdad es, que, podemos estar orgullosos los bilbaínos. En nuestra querida villa, existe una temporada de ópera estable, que permite a los aficionados, disfrutar de los títulos más emblemáticos, y conocer alguna rareza, que siempre viene bien como experimento. Todo ello, sin tener que desplazarnos a otras ciudades, lo que acarrea normalmente molestias.

Bien, he puesto todo mi empeño en este tema, porque estimo que el asunto lo merecía. De si he conseguido interesar, seréis vosotros los que opinéis. Seguramente ha salido demasiado largo y a más de uno puede que le llegue a cansar. Pero con que haya otro, que le haya gustado, me doy por satisfecho.