miércoles, 12 de diciembre de 2012

LA VOZ EN LAS ÓPERAS DE ROSSINI (i)

Caricatura Rossini
Para Gioachino Rossini la música era Ritmo, como lo demuestran,  claramente, sus óperas. La Real Academia de la Lengua, define el Ritmo como:” Grata y armoniosa combinación y sucesión de voces y cláusulas y de pausas y cortes en el lenguaje poético y prosaico”. Aunque no lo indica expresamente, el concepto se puede aplicar también a la música. No obstante, veamos que significa Ritmo en el lenguaje musical: “El Ritmo es la frecuencia con que se repite un sonido, en una composición musical (a intervalos regulares o irregulares, fuertes o débiles, largos o breves, altos o  bajos)”.

Pero nadie mejor que el propio Rossini, para explicarnos con sus palabras, cómo entendía la música (extraído de la biografía de Rossini, hecha por Zaccolini): “La expresión de la música, no es la de la pintura, y no consiste en representar a lo vivo los efectos externos de las afecciones del ánimo, sino en excitarlos a quien los escucha. Pero la fuerza del lenguaje, es más extensa, la de la música, más intensa…… La expresión musical, está en el ritmo; en el ritmo reside todo el poder de la música. Los sonidos contribuyen a la expresión, solamente en cuanto a elementos componentes del ritmo” (Gioachino Rossini).

Para completar la figura del músico, voy a poner la opinión (no demasiado acreditada en música en razón de muchos) del gran novelista Stendhal, recogida de su “Vida de Rossini”: “Vivo, ligero, mordaz, nunca aburrido, raramente sublime. Rossini parece destinado, precisamente, a procurar éxtasis a la gente mediocre. Con todo, superado mucho por Mozart, en el género tierno y melancólico, y por Cimarosa, en el estilo cómico y apasionado, es el primero en vivacidad, picante, rapidez, y los efectos derivados de todo ello” (Stendhal). Sinceramente, lo de “raramente sublime” y “destinado a procurar éxtasis a la gente mediocre”, lo llevo muy mal porque creo no es justo.

Rossini y Belcanto
El Belcanto no es más que una forma de cantar, muy italiana, que mantiene como objetivos:
  1. la pureza del Tono
  2. la belleza del Sonido
  3. el fraseo Refinado
  4. el Legato (*)
  5. la Agilidad en la vocalización
  6. y un Magisterio Técnico de primer orden

(*) Cantar legato (ligado), significa cantar uniendo, entre sí, las sílabas, palabras y frases, sin que se produzcan interrupciones en la emisión de la voz, y deteniéndose a respirar lo mínimo posible. Muchas veces, este recurso, no está escrito en la partitura, pero aumenta muchísimo la belleza del canto.


El Belcanto o Bel Canto o Canto Bello, floreció en los siglos XVII y XVIII, y llegó a su máximo esplendor en el primer tercio del siglo XIX, periodo en el que también se produjo su declive. Teóricamente, los últimos belcantistas, fueron: Rossini, Bellini y Donizetti. Dentro de su historia, podrían distinguirse estos periodos:

A.   Un primer estilo, unido al Barroco (Vivaldi y Händel, entre muchos), basado en efectos puramente externos (ostentosa línea vocal y llamativa elegancia).

B.   Un periodo Intermedio entre el Barroco y el Clasicismo (Mozart), caracterizado por un estilo que tiende a declamatorio, tratando de expresar las emociones humanas.

C.   Un Clasicismo (Cimarosa y Paisiello), que continuará por la línea emprendida por el compositor de Salzburgo.

D.  Y llegamos a Rossini, con su música tardo-rococó, que todavía contiene, muchas influencias del viejo estilo, a pesar de los cambios operados por el Clasicismo.

Gioachino Rossini, recibió la herencia de etapas anteriores, en las que “lo bello”, se originaba, exclusivamente, por la belleza  acústica. Se daba la circunstancia de que el virtuosismo vocal, no tenía, normalmente, nada que ver, con el estado anímico de los personajes.

El estilo Rossini
Un joven Rossini
Lo primero que hizo el compositor de Pesaro con su música, es expresar sentimientos diversos y emociones humanas, sin prescindir de la pureza del tono y el virtuosismo. Es decir, tuvo el mérito de crear un estilo en el que, el adorno sirve a las emociones, sin marginar totalmente al aspecto decorativo. Rossini, en definitiva, sentó las bases que equilibraron, el virtuosismo vocal con la expresión.

El compositor reflejó en sus óperas, pasiones y humores, para los que creó situaciones únicas en cada caso particular. Hizo su Belcanto teniendo en cuenta el carácter del personaje y de este modo, se convirtió en una expresión espiritual, con personalidad propia.

Una postal con diversos
temas de Rossini
Se podría llamar a su técnica, la humanización del Belcanto. Lo realmente trascendente de Rossini, es el buen uso que supo hacer de la herencia musical recibida, con la que dio paso a que Bellini y Donizetti, labraran un estilo propio, evolucionando los principios del compositor pesares.

Considerar que Rossini es sólo un autor bufo, como se hace a menudo, es no otorgarle su verdadero mérito, pues sin sus óperas serias y sus melodramas precursores del Romanticismo, no se podría comprender, adecuadamente, el fenómeno de Bellini, ni el lenguaje de Donizetti, tan emparentados ambos, con el estilo del Rossini serio.

De no haber sido por él, muchas obras maestras escritas posteriormente, quizás no existirían, o habrían tomado un camino distinto. Sus óperas, son un cúmulo de belleza, ironía, melancolía e increíble realismo. Su técnica canora, requiere de un gran entrenamiento para enriquecer la perfecta armonía de la melodía.

Imitadores
Ya se ha comentado que Rossini, fue capaz de transformar los viejos patrones dieciochescos del género operístico, heredados de la generación anterior. Aplicando pues estos principios, consiguió el triunfo muy tempranamente, a los veintiún años. Era el preferido del público, y el único modelo a seguir para triunfar.

Giovanni Pacini
Basten unas palabras de Giovanni Pacini (1796-1867), que lo demuestran: “Permítaseme hacer observar que todos quienes entonces eran mis coetáneos, todos siguieron la misma escuela, las mismas ‘maneras’ y, por consiguiente, eran imitadores, igual que yo, del Astro mayor. Pero ¡Dios de bondad! ¿Cómo teníamos que hacerlo si no había ninguna otra manera de sostenerse? Si yo era, pues, un seguidor del ‘Sumo Pesares’, también lo eran los demás, quienes habrán sido tal vez más afortunados en los pensamientos melódicos, más cuidadosos en la instrumentación, más sabios; pero la factura y la cuadratura de sus obras eran similares a las mías”.

Número de Óperas
Creo que conviene determinar, lo primero de todo, que géneros de Ópera compuso Rossini. Todo el mundo, o casi, piensa que sólo hizo Óperas Bufas (o Cómicas, como se quiera llamarlas), pero vamos a tener una sorpresa con esta tabla, que expongo a continuación:

NÚMERO DE ÓPERAS POR GENEROS
Clase de Ópera
Nº de Óperas
%
Óperas Serias
21
51,2
Óperas Cómicas
12
29,3
Óperas SemiSerias
6
14,6
Pastiches
2
4,9
TOTAL
41
100,0

Creo que se demuestra, claramente, que, tan importante es el Rossini Serio como el Bufo, bueno quizás más, puesto que los compositores que le siguieron, se fijaron en las “hechuras” de sus Óperas Serias, para hacer las propias. En cuanto a su productividad, este es el detalle por años:

NUMERO DE ÓPERAS POR  PERIODOS
TIPO DE ÓPERAS
PERIODOS
TOTAL
Inicial
Madurez
Italiano
Francés
(1810/1812)
(1813/1823)
(1810/1823)
(1824/1829)
Serias
2
16
18
3
21
Cómicas
4
6
10
2
12
SemiSerias
2
4
6

6
Pastiches



2
2
TOTAL
8
26
34
7
41
% s./ Total
19,5
63,4
82,9
17,1
100,0
Nº Años
2
11
13
6
19
Media Año
4,0
2,4
2,6
1,2
2,2

El periodo más productivo de Rossini, fue el del ciclo Inicial (muchas óperas en poco tiempo) y el pasado en Italia, durante el cual llegó a componer al año, dos óperas y media (2,4), cifra muy considerable, incluso para aquellos tiempos. La producción de Rossini, languidece en su periodo francés (solo compuso siete óperas y salvo dos- “Il viaggio a Reims” y “Guillermo Tell”-, las demás eran reutilizaciones). Veamos ahora los años en que compuso una mayor cantidad de óperas:

NUMERO DE ESTRENOS POR AÑOS MÁS PRODUCTIVOS
Tipos de
 Óperas
PERIODO ITALIANO
Periodo
Francés
TOTAL
ÓPERAS
1812
1813
1817
1818
Resto
Serias
2
2
2
4
8
3
Cómicas
3
2
1

4
2
SemiSerias
1

1

4

6
Pastiches





2
2
TOTAL ÓPERAS
6
4
4
4
16
7


Rossini, en sus Inicios, llegó a estrenar hasta seis óperas en el mismo año (1812). Es considerable su esfuerzo en 1813, 1817 y 1819, con cuatro óperas nuevas cada año de los citados. 1813, corresponde a su triunfo con “Tancredi” y “L’italiana in Algeri”, de 1817, hay que mencionar los debut de “La Cenerentola” y “La gazza ladra”. Finalmente, en 1819, se escenifico por primera vez “La donna del Lago”, entre otras.

Veamos ahora, el número de óperas, distribuidas por los Teatros en los que se estrenaron dichas óperas:

Nº DE OPERAS DISTRIBUIDAS POR SUS ESTRENOS EN LOS TEATROS
PLAZA
TEATRO
DEL ESTRENO
PERIODO AÑOS
Nª. DE ÓPERAS
% s/. TOTAL
Por
Teatros
Por Plazas
Por Teatros
Por Plazas
Nápoles
Fiorentini
1816
1
10
2,4
24,4
Del Fondo
1816
1
2,4
San Carlo
1815/1822
8
19,5
Venecia
La Fenice
1813/1823
3
10
7,3
24,4
S. Benede
1813/1819
2
4,9
S. Moisè
1812/1813
5
12,2
Paris
Italiens
1825
1
7
2,4
17,1
Ac. R. M.
1826/1846
5
12,2
L’Odeon
1826
1
2,4
Roma
Apollo
1821
1
6
2,4
14,6
 Argentina
1816/1817
2
4,9
Valle
1812/1817
3
7,3
Milán
Alla Scala
1812/1819
5
5
12,2
12,2
Bolonia
Del Corso
1811
1
1
2,4
2,4
Ferrara
Comunale
1812
1
1
2,4
2,4
Lisboa
S. Carlos
1826
1
1
2,4
2,4
Nº. TOTAL de ÓPERAS
1810/1829
41
41
100,0
100,0

Rossini
Destaca del conjunto, como no podía ser menos, las ocho óperas estrenadas en el Teatro San Carlo de Nápoles, merced al contrato que se firmó entre Rossini y el empresario Barbaja, iniciado en 1815 con “Elisabetta Regina d’Inghilterra” y terminado en 1822, con “Zelmira”, todas ellas protagonizadas por Isabella Colbran, y aún hay que añadir “Otello”, que se debutó en distinto lugar (Teatro Del Fondo). En la plaza de Venecia, se dieron el mismo número de óperas rossinianas que en Nápoles (10). Ahora bien, curiosamente, no es La Fenice quien se lleva el mayor dígito, sino el más pequeño Teatro San Moisè (5). El guarismo de Teatro alla Scala, también es importe (5) y supongo, tendría que ver con Barbaja puesto que era responsable, además del San Carlo, de La Scala y de la ópera de Viena.