De entre los títulos que conforman el repertorio lírico habitual de los teatros, hay dos obras, de las que conozco, que transmiten a los cantantes, un cierto temor, no solo al interpretarlas, sino, incluso, al nombrarlas simplemente.
Dicen que tienen “gafismo”, “mal fario”, o cualquier otra palabra que quiera escogerse, para indicar que no emiten influencias positivas. Estamos hablando de dos títulos italianos, uno,“La forza del destino (La fuerza del destino)”, del compositor de Busetto, Giuseppe Verdi. El otro es “Tosca”, del músico de Lucca, Giacomo Puccini.
Las dos óperas van juntas en esta cualidad, pero la causa se debe a diferentes motivos. Muy triste suceso fue el que involucró a “La forza”, en este ranking. El famoso barítono norteamericano, Leonard Warren (1911/1960), nacido en Nueva York y uno de los componentes más cualificados de la compañía del Metropolitan Opera House, de su ciudad natal, tuvo una muerte repentina en el escenario, por infarto agudo al corazón, el 4 de marzo de 1960, mientras cantaba, precisamente, “La forza del destino”.
Estaban presentes en el teatro, viendo la representación, su esposa Agathe y un sacerdote, Monseñor Edwin Broderick de la Saint Patrick Cathedral, amigo del matrimonio. Ambos corrieron al escenario y el sacerdote le dio la extremaunción.
Leonard Warren en Rigoletto |
Fue tan repentino el ataque, que de sus compañeros y de la gente que estaba en el palco escénico, nadie sabía que hacer. Roald Reitan que hacía de cirujano, llegó a cantar "Egli è salvo! (Él está salvado) ". Tenía que contestarle Warren, pero no pudo. Reitan levantó su cabeza y sintió que, en un hilo de voz, pedía que le ayudaran. Alguien gritó para que bajaran el telón. Se le practicaron los primeros auxilios pero no hubo nada que hacer. Falleció pocos minutos después. Y con su teatral muerte, marcó a la ópera para siempre. Desde entonces, los cantantes tienen una cierta aprensión con ella. ¡Es absolutamente comprensible!
Dessi y Armiliato en Tosca |
Para demostrarlo, veamos esta anécdota sucedida al tenor genovés, Fabio Armiliato. Da toda la sensación de estar muy bien documentada. Ocurrió a finales de julio de 1993, sobre el escenario del Sferisterio de Macerata, en Italia, en la región de Le Marche, a orillas del mar Adriático y delante de 2500 personas que veían tranquilamente la representación.
Fabio Armiliato |
Parece que el desastre, el enésimo en una “Tosca”, fue debido al hecho de perderse el tapón que cerraba el cañón de uno de los fusiles de atrezzo. A causa del incidente, que le costó una pequeña intervención de cirugía plástica, Armiliato tuvo amplio espacio en los periódicos, que recordaron también otra herida anterior a causa de un sablazo, recibido en una “Carmen”.
Es lo que le deseo al blog |
No hay comentarios:
Publicar un comentario