Cuando se puede, tengo la costumbre de incluir alguna anécdota o chascarrillo, protagonizada por el personaje que estamos comentando. Se trata de arrancar una sonrisa del lector y, de paso, conocer un poquito más la vida y carácter de la persona que recordamos.
Recogeremos a continuación, algunas anécdotas del compositor Vincenzo Bellini, tomadas de diferentes fuentes. No hay mucho. Estos chascarrillos referidos a él, los he conseguido después de buscar intensamente. Casi seguro que el aspecto doliente y concentrado del catanés, influyó y no dio facilidades a este tipo de cosas.
1.- Los Carbonarios
Los Carbonarios contra losAustriacos |
Francesco Florimo |
Conde Carlo Pepoli |
2.- Ignorancia geográfica
El principal colaborador de Bellini, en casi todas sus óperas, fue el más afamado libretista de la época, Felice Romani (1788/1865). La última obra que hicieron juntos fue Beatrice di Tenda (1833). Por desavenencias surgidas entre los dos, la siguiente, I Puritani, de 1835, la escribió un autor aficionado, el Conde Carlo Pepoli.Castillo cerca de Plymouth |
3.- Por bigotes
Felice Romani |
Entre estas normas, había una que establecía la prohibición, entre todos los hombres, de llevar barba y bigotes. Cualquier extranjero que llegara al territorio, podía permanecer en él, sin afeitarse, solo tres días. Después, tenía obligatoriamente que rasurarse pues se creía que la barba o el bigote, estaban indisolublemente unidos a potenciales revolucionarios.
Maria Luisa de Austria |
Llegaron a Parma, Bellini, perfectamente rapado y Romani, portando sus característicos bigotes. En la frontera, le dijeron al libretista que necesariamente debía afeitarse los poblados mostachos que lucía, ya que su estancia allí iba a ser prolongada. Romani no estaba dispuesto a hacerlo, pero fue Bellini quien tomó la palabra: “Hemos venido aquí a trabajar por encargo de S. A. la Duquesa, para escribir la ópera con la que se inaugurará el nuevo Teatro Regio. Pero si insisten en obligar a mi amigo a rasurarse el bigote, nos iremos los dos, y no habrá ni ópera ni inauguración”.
El conflicto parecía insoluble. La noticia de lo que ocurría, llegó pronto al palacio archiducal. No tardó en materializarse un permiso especial que consintió a Felice Romani, conservar los cuidados signos de su personalidad, todo el tiempo necesario. La ópera que prepararon (Zaira), estrenada en mayo de 1829, fue un estrepitoso fracaso.
Bellini nunca aprendió el francés con la fluidez necesaria para tomar parte en las habituales tertulias de los salones. Hay varias anécdotas que testimonian sus confusiones lingüísticas.
Caricatura Bellini |
4.1- En una ocasión, trató de pedir en una tienda, un sombrero de fieltro (chapeau de feutre) y, en lugar de ello, pidió un “sombrero de joder” (chapeau de foutre).
4.2- En otra ocasión, Bellini intentaba decir ¡Esto es mentira! (bugia en italiano), pero en francés lo que dijo fue “esto es una candela” (bougie).El músico alemán Ferdinand Hiller, elogiaba estas situaciones: “Las expresiones confusas adquieren encanto a través de su contenido y su sintaxis, que se echa en falta a menudo entre los expertos”. Sin embargo, Madame Jaubert, esposa de un alto funcionario del gobierno, decía que “su forma de hablar y sus maneras, eran infantiles”. Todo porque no podía mantener, en lengua francesa, una conversación entre adultos.
Vincenzo Bellini |
Vincenzo Bellini debía de tener un ardor pasional por las féminas. Eran muchas las que, según los relatos, quedaban atrapadas en sus redes. Pero, a primera vista, la delicadeza de su rostro, no dejaba adivinarlo. Tuvo que ver con varios lances amorosos documentados (prescindimos de los no verificados). Se localizan entre Nápoles, Milán y Génova.
De su estancia en Nápoles, es famoso el hecho de querer casarse con una muchacha napolitana, hija de un juez. Se llamaba Maddalena Fumaroli. Nos cuenta los datos su amigo Florimo. Bellini conoció a la muchacha en casa del padre; ofreció darle clases de canto: se enamoraron; sus padres interrumpieron las clases cuando se enteraron; y se rogó al compositor que no volviera más por allí.
Pero los jóvenes, mantuvieron correspondencia clandestina. Después del éxito de sus óperas de estudiante, Bellini le propuso boda. Pero fue rechazado. Él abandonó Nápoles y perdió todo interés por Maddalena. Sin embargo, ella, por algún tiempo lo mantuvo. Termina con el dramático desenlace de la muerte de la muchacha, que puede ser falso.
5.2 Por Triplicado
Giuditta Turina |
Resultó larga, apasionada e inspiradora pero también atormentada. Era una mujer casada y de muy buena familia. Además de esta infidelidad matrimonial, no le quedó más remedio que compartir a Bellini con otras dos mujeres, ambas cantantes y también llamadas Judith: Giuditta Pasta y Giuditta Grisi.
6.- El Espectro
Florimo nos habla de un tal señor Cicconetti, quien aseguraba que Bellini, veía a un espectro espantoso, siempre que se sentaba a tocar el piano: “A menudo Bellini, con fantasía meridional, solía repetir que, cada vez que se ponía al cémbalo y se dejaba llevar por su inspiración, veía aparecer un enorme espectro, de rostro amarillo, con dos grandes ojos que se le clavaban,mirándolo con amarga sonrisa, helándole el corazón, cortándole la inspiración y haciéndole temblar los dedos sobre el teclado. Aquel espectro, parecía decirle: ‘Vete, que a mí no me importa nada que con tus patéticas cantinelas, con tus acentos pasionales, consigas conmover a los espectadores y excitarlos al entusiasmo”.
7.- Bellinómano
Giuditta Pasta |
Bellini le exigió que le dejaran tocar su propia música. El hombre después de organizarles una gran bronca, optó, muy indignado, por marcharse. Antes de que llegara a la puerta de la iglesia, el catanés se sentó al órgano y tocó “Casta Diva”. ¡Estupefacción! ¡Revelación! ¡Entusiasmo absoluto! Se daba la circunstancia de que el organista, era un verdadero tifoso del compositor.
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