1. “La zorrita astuta” de Janácek (*)
2. “La flauta mágica” de Mozart
3. “El gallo de oro” de Rimski-Korsakov
4. “El cuento del zar Saltan” de Rimski-Korsakov
5. “Lohengrin” de Wagner
6. “Siegfried” de Wagner (*)
7. “La Valquiria” de Wagner
8. “La novia vendida” de Smetana (*)
9. “La Zíngara” de Rinaldo da Capua (*)
10. “Alcina” de Händel
11. “Don Quichotte” de Massenet
12. “El murciélago” de Strauss (*)
13. “Animales” de Werle (*)
14. “Orfeo en los infiernos” de Offenbach (*)
15. “Pasaje” de Berio
16. “El niño y los sortilegios” de Ravel (*)
17. “El gato inglés” de Henze (*)
Todas las marcadas con asterisco (*), tienen papeles cantados por animales. Pero hay dos tipos de personajes: los disfrazados para aparentar animales y aquellos que interpretan a un animal.
“La zorrita astuta” del checo Leos Janácek, es una curiosa fábula que mezcla, como protagonistas, a personas y animales. Así:
· La zorrita Sharpears, interpretada por una soprano
· El zorro Goldenmane, que requiere un tenor
· Lapak, el perro del guardabosques, que es una mezzosoprano
· El Gallo, una soprano
· Animales varios, representados por sopranos, mezzosopranos y niños soprano.
Escena de La zorrita astuta |
Pieza muy colorista, es una expresión vital del amor que Janácek, tenía por la humanidad y también por el mundo animal. No debemos olvidar que el autor, es uno de los grandes operistas del siglo XX.
En el cuadro segundo del acto I de “La flauta mágica”, de Wolfgang Amadeus Mozart, el personaje de Tamino, toca su flauta y el sonido, atrae a las fieras del bosque, que se amansan a sus pies.
“El gallo de oro”, del autor ruso Nicolás Rimski-Korsakov, fue una ópera póstuma. Comedia satírica donde, a un zar, le regalan un gallo de oro que avisará, cuando el reino se vea atacado. Por ese regalo, el astrólogo que se lo dio, reclama casarse con una de las hijas del soberano. Éste no lo consiente y no le queda otro recurso que matarlo. Pero el gallo, mata al zar de un picotazo y luego desaparece. El pueblo, desolado, se queda sin dirigente. Toda la ópera es una crítica contra el zarismo.
Sigfrido y el dragón Fafner |
“El cuento del zar Saltan”, también de Rimski-Korsakov, es otra leyenda más, de las muchas que llevó a la ópera este compositor. En el cuadro primero del tercer acto, el protagonista, que ha salvado de la muerte a un cisne con poderes mágicos, es convertido por éste, en moscardón, para ir a visitar el palacio de su padre. Se trata, indudablemente, del conocidísimo pasaje de “el vuelo del moscardón”, descrito sólo musicalmente, ya que, de otro modo, no se puede.
En “Lohengrin” de Wagner, éste caballero aparece y desaparece, en una barquilla tirada por un cisne, que resulta ser el muchacho heredero del reino de Bramante, al que, Otrud, una maga, había hechizado.
Sigfrido y el dragón |
“Siegfried”, también de Wagner, es la tercera de las óperas que componen la tetralogía. Se trata de un héroe hijo de los gemelos y enamorado de Brunilda. En el acto segundo, mata al dragón Fafner, que se escondía en una cueva, para robarle el anillo del Nibelungo. Fafner, es uno de los dos hermanos gigantes que construyeron la morada de los dioses. Él mismo se había convertido en dragón para proteger mejor su tesoro.
La Valquiria |
“La Valquiria” asimismo, de Wagner, segunda entrega del “Anillo del Nibelungo”, nos cuenta, entre otras cosas, la historia de Brunilda, una de las valquirias, que montadas en sus caballos voladores, “navegaban por el espacio” para llevar las almas de los muertos en combate, a la morada de los dioses.
La novia vendida Escena de "teatro dentro del teatro" |
“La novia vendida” del checo Bedrich Smetana, instigador del nacionalismo musical en su país, es una ópera con color local pero de validez universal por los incidentes que relata. En el acto tercero, llega al pueblo, toda la troupe de un circo, y se desarrolla una escena del llamado “teatro dentro del teatro”. Hay un hombre, disfrazado de oso, que hace las delicias de la gente y es la principal atracción. Pero aquella tarde, había bebido demasiado. Tienen que cambiarle por el pobre tonto, Vasek, al que quieren casar con, Marenka, la protagonista.
“La Zíngara” de Rinaldo da Capua, autor de 1752, es una ópera bufa al estilo napolitano, donde un par de hermanos, se ven obligados por penuria económica, a vender un oso que sabe hacer cosas, a un viejo comerciante. El oso, claro está, es el hermano varón con un disfraz apropiado.
En la “Alcina” de Händel, no hay ningún personaje que represente al reino animal, pero si existe en la escenografía, ya que ella es una famosa maga que convertía en animal a todo el que se le acercaba y siempre estaba rodeada de ellos.
“Don Quichotte” del músico francés, Jules Massenet, es una obra hecha a la medida del famoso bajo Chaliapin. Se relaciona por el burro de Sancho y el jamelgo de don Quijote, llamado Rocinante.
“El murciélago” de Johann Strauss, hijo, aunque sólo fuera por el título, tenía que estar en esta lista. Pero eso no es todo. El protagonista se disfraza de murciélago, se achispa, le gastan una broma y aparece, durmiéndola en un banco de la plaza.
“Animales” del sueco contemporáneo, Lars Johan Werle, fábula musical en dos actos. Los animales se reúnen para encontrar la manera de poner freno a la destrucción del medio ambiente. Para tratar de conciliar a Oriente con Occidente, los animales han invitado a su Congreso, a los respectivos Primeros Ministros. No prosperan las negociaciones. Convocan, entonces, a dos personas corrientes, un americano y una rusa. La pareja se enamora y es apoyada por los animales.
Una escena de "La novia vendida" |
“Orfeo en los infiernos” de Offenbach, es una sátira, donde los dioses son tan inmorales como los hombres. Júpiter, el padre de los dioses, es personificado como una mosca.
“Pasaje” del contemporáneo, Luciano Berio. Pantomima en la que, sólo canta una mezzosoprano y un coro. En un mundo imaginario, una pulga se ha escapado del circo. Entra en una reunión política e importuna, de tal modo, que se declaran la guerra. Vuelve a instaurarse la paz. Y, como se aburre, el director del circo, suelta, otra vez, a la pulga. Y vuelta a empezar.
“El niño y los sortilegios” de Ravel, parodia escénica en las que cantan los animales (la gata, la libélula, el ruiseñor) y también las cosas (la taza china, el fuego, el sillón, etc.). Tiene reminiscencias de “Alicia en el país de las maravillas”.
“El gato inglés”, de otro autor contemporáneo, Hans Werner Henze. Una historia corriente, que tiene como particularidad, que todos sus integrantes son animales: gatos, perros, pájaros, etc. Aprovecha para hacer crítica social, sacando a la luz a los beatos y a la hipocresía.
Vamos completando un poco más la lista. Si sabéis de algún otro caso, que tengan que ver con el reino animal, no tenéis más que decírmelo y lo agregaremos.
2 comentarios:
¡Qué original el post! No se me había ocurrido nunca pensar en la ópera desde este punto de vista. A ver si yo encuentro algún título más.
Un abrazo.
A ver si entre todos completamos la lista. Yo estoy casi seguro de que hay más, pero a mí, no se me ocurren
Otro abrazo fuerte
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