viernes, 8 de julio de 2011

Menudeando (I)

Inauguramos apartado, en el que voy a intentar recoger anécdotas, de cualquier sitio donde las encuentre. Mi intención es, presentarlas clasificadas por compositores, pero no sé, si dará para tanto el asunto. Comenzamos el capítulo,  con un personaje que se presta mucho al lance, a la historieta, a la crítica, en fin, como queráis llamarlo. Me estoy refiriendo, a Richard Wagner.


1.- Wagner, ese desconocido
¿Quién no habrá oído hablar a estas alturas de don Ricardo? Evidentemente, nadie. Pero puede quedar alguna faceta de él, que sirva para completar su notoria figura histórica. ¿Por qué se caracterizaba el Compositor en la Sociedad de su tiempo? La respuesta, afectará poco a la hora de disfrutar sus composiciones, pero definirá mejor al artista que llevaba dentro.

La personalidad de Richard Wagner, está descrita como compleja, en sus distintas  biografías. Este compositor siempre arrastra tras de sí, una carga polémica. Muchos de los adjetivos que le aplican, no son, precisamente, elogiosos. Es tanta la diversidad de su carácter, que algunos dicen, que no hay un sólo Wagner. Existen, el hombre, el músico, el pensador, el literato, el metomentodo, el histrión, el embaucador, el anarquista. Es notoria, su exagerada obsesión a que le perseguían: claro síntoma de manía persecutoria. La megalomanía o ansias de grandeza, descrita en muchas de sus reacciones, sería otra de sus particularidades.  

De sus publicaciones, quizás “La obra de arte del futuro” sea la más importante. Otras fueron “Opera y drama”, “El Judaísmo en la Música”, “Sobre el Estado y la Religión”, “El destino de la ópera” y “Religión y Arte”. Pero las cinco últimas, no son sino amplificaciones de algunos pasajes concretos de la primera (La obra de arte del futuro). Esta repetición, sin descanso, de los mismos temas, es también muy sintomática.

Nietzsche Vs. Wagner
Lo que Nietzsche dijo contra él, no puede tomarse en serio. Su escrito “El caso Wagner”, resulta ser un panfleto de abjuración, tan delirante como, el de deificación, realizado doce años antes  (en otro libro llamado “Wagner en Bayreuth). Incluso, en su faceta más representativa, el Wagner músico, recibió furibundos ataques de los propios compañeros, agrupados en torno a Johannes Brahms (conocidos como la “música pura). También Wagner tuvo partidarios, aglutinados en torno a su figura y lo que representaba (la llamada “música del porvenir). A despecho de los juicios desfavorables en este aspecto, Wagner es, incontestablemente, un músico muy dotado con una personalidad, que hoy nos parecería mejorable.


2.- Óptimas Referencias
Giacomo Meyerbeer
En 1839, un joven Richard Wagner, intentaba tener éxito en Francia. Llegó a París, con una carta de recomendación, para Meyerbeer, quien hizo a Wagner un recibimiento correcto, y le dio otro escrito para el director de La Ópera, León Piller. Rompiendo con la norma existente para este tipo de documentos, la misiva se la entregó cerrada. Ni corto, ni perezoso, el futuro creador del “Anillo”, fue,  rápidamente, a llevársela al empresario. Cuando éste la abrió, no salía de su asombro, ya que ponía: “Querido amigo: Deshazte, como puedas, de este imbécil". Los dos compositores, eran compatriotas, pero nunca se llevaron bien, o más exactamente, se odiaban con cordialidad.

PD: Giacomo Meyerbeer (1791/1864), compositor alemán, afincado en la ciudad luz. Fue el creador de la denominada- un poco despectivamente- Ópera-Pompier (por lo ampuloso). Estaba, entonces, en la cumbre de su fama. Las óperas más importantes, fueron “Los Hugonotes” y “La Africana”, ésta última, estrenada póstumamente.


3.- Cabreo teutón
Hans von Bülow (1830/1894), estaba dirigiendo en el “Hoftheater” de Munich. Tuvieron problemas con el foso de la orquesta: era insuficiente para dar cabida a todos los profesores. Von Bülow, ordenó suprimir las primeras filas de butacas. Pero, el  encargado protestó: “¡Imposible, se perderían treinta plazas!”. El gran director, sabía que esos asientos, eran de los enemigos más encarnizados de Wagner, por lo que exclamó: “¡Qué importan, unos cuantos asquerosos perros,  más o menos!”. La prensa de la ciudad, publicó sus palabras. Originaron un verdadero escándalo, viéndose obligado el eminente director, a pedir, públicamente, disculpas.

PD: Von Bülow, fue un virtuoso pianista,  compositor y famoso concertador de orquesta. Bülow, estuvo casado con Cósima, antes de que lo hiciera Wagner. Ella se entendió, extramaritalmente, con Wagner, durante tres años. Pese a esta aventura, las relaciones de los dos hombres, fueron siempre excelentes.


4.- Trino afortunado
Mathilde Mallinger
Mathilde Mallinger, la primera Eva de “Los Maestros Cantores”, contó a su eminente alumna, Lotte Lehmann, el siguiente episodio: “Estábamos ensayando la escena final en el prado. El momento en el que yo pongo la corona en la cabeza de Walter von Stolzing, se repetía una y otra vez. La cosa no salía bien. Yo, impaciente, gasté una broma: puse un trino en la frase ‘¡Nadie corteja con tal gracia!’. Wagner, al oírlo, me miró sonriente y dijo: ‘Vamos a darle el gusto. ¡Ya que tanto le gusta a la Mallinger, el trino quedará aquí!’. ¡Así fue como me convertí en coautora de Los Maestros Cantores”.

PD: Mathilde Mallinger (1847/1920), famosa soprano lírica croata. Debutó con “Norma”, de Bellini, en 1866. Pero, en su vida artística, interpretó, sobre todo,  papeles de óperas de Wagner. Ella creó la Eva, en el estreno mundial de “Los Maestros Cantores de Núremberg”, en 1868.


5.- Ascendido en solitario
Tramoyista de Teatro
Estamos en “Parsifal”. Por un fallo técnico, uno de los decorados móviles, se quedó atascado. El jefe de los maquinistas, Fritz Brand, advirtió inmediatamente el peligro que podía suponer. Cogió un puñal de la utilería, se subió por las cuerdas que sostenían el decorado, y, finalmente, logró cortar lo que ocasionaba la retención. Nadie, ni en la sala ni en el escenario, se dio cuenta del incidente. Llegaron al entreacto y,  Wagner, solicitó se llamara al jefe de maquinistas. A primera vista, no lo encontraron. Luego, se dieron cuenta que, estaba colgado de una de las cuerdas, sin posibilidad de soltarse. Cuando lo rescataron, Wagner ordenó: “¡Que Brand reciba hoy paga extra por su número de circo!”.

Parsifal
PD: “Parsifal”, última ópera que compuso Richard Wagner. Se estrenó en el templo wagneriano de Bayreuth (1882). Asistieron altas personalidades del arte y la política, junto con la clase adinerada. Por su carácter místico, Wagner pidió que no se aplaudiera. Con esta ópera, se rompió, definitivamente, su amistad con el filósofo Friedrich Nietzsche.


6.- Cuerda Explicación
Ángelo Neumann, quiso dar el “Anillo” en el “Hoftheater” de Stuttgart, pero se encontró con la oposición del todopoderoso Ministro, von Gunzert. Tras una violenta discusión, el Ministro tomó una decisión:

Angelo Neumann
¨  La próxima semana presenta usted ‘Los Nibelungos’ en Karlsruhe, ¿verdad?, pues bien, resérveme un asiento; si me gustan, podrá hacerlos aquí, en caso contrario, olvide el asunto.
¨  ¡Excelencia, vale más que lo dejemos correr!, dijo Neumann, sonriendo.
¨  ¿Puede saberse por qué?
¨  ¡Excelencia, si yo estuviera en su lugar, me sabría muy mal que la Historia contara: el ministro Gunzert, no dio el visto bueno a ‘Los Nibelungos’, después de haberlos visto! En cambio si los prohíbe sin conocerlos, quedará un poquito mejor”.

           ¨ ¡Tiene razón! ¡Dé las representaciones!, dijo el Ministro, después de mirar con aire inquisitivo a su contrincante.

PD: El austriaco Ángelo Neumann (1838/1910), fue el fundador, en 1882, del “Richard Wagner Theater”, compañía itinerante, que dio todas las óperas de Wagner, en Londres, París, San Petersburgo y otros lugares Antes de ser empresario, cantaba de tenor.

7.- Escapar por piernas
Mottl (izquierda), con el
hijo de Richard Wagner 
Sigfrido”, en el Covent Garden de Londres, a finales del siglo pasado, con  Félix Mottl, a la batuta. En los roles principales, el joven Slezak, de protagonista, y Hans Breuer, como Mime. Al terminar la representación, un espectador le dijo a su vecino de butaca: “¡Para captar toda la grandiosidad de esta ópera, debería verse más a menudo,  completa...! ¡Pero, le aseguro que a mí no vuelven a pescarme! “.

PD: Félix Josef von Mottl (1856/1911), director de orquesta y compositor austríaco. Uno de los más brillantes de su tiempo. Dotado para la música de Wagner. Ayudó en la preparación y ensayos, del primer ciclo completo de “El anillo del nibelungo”, en Bayreuth, 1876.

8.- Bocadillo a reacción
Hans Schnellar, tocaba el timbal en la Opera de Viena. Cuando duraban mucho las sesiones, aprovechaba para comer algún bocadillo en las pausas. Nadie logró nunca, apartarle de esa costumbre. En unos “Maestros Cantores”, llegó la pausa, que era de varios compases. Siguiendo la tradición que él mismo se había impuesto, Schnellar, sacó su bocadillo y lo dejó descansar sobre uno de los timbales. Repentinamente, le sobrevino un estornudo. Para evitarlo, sacó un pañuelo. Con todas estas maniobras, la pausa llegó a su fin. El director musical,  Schalk, le dio la entrada. Nuestro timbalero, cogió los mazos y golpeó con fuerza los timbales. El panecillo voló por los aires y aterrizó en primera fila, sobre la falda de una sorprendida espectadora.


PD: Hans Schnellar, además de ser el timbalista titular de la Ópera de Viena, a principios del siglo XX, desarrolló un mecanismo de afinación. El modelo, se conoce como "timbal de Viena" o "timbal de Schnellar". Fue también autor de estudios sobre el instrumento, que crearon escuela. Era un músico muy original.


9.- Calificativos
La música de Wagner, tuvo problemas para ser introducida. En muchos casos, eran los propios músicos los que la desacreditaban. Cierta parte de la crítica, asimismo, la rechazó. Aquí están las lindezas a que era sometida. Se la comparada con:
Wagner hiriendo
los oídos del oyente
  1.  “Suaves rugidos de gusano”
  2. “Tormenta en una palangana”
  3. “Música de medusas”

Y a Wagner, se le tachó de “desollador de oídos”, entre otras cosas.

PD: Wagner, se distingue en la historia de la música, por su propia concepción, en la manera de componer. Pero, como cualquier autor, tuvo sus influencias:

        A.   Palestrina y Juan Sebastián Bach
        B.   Él mismo se declaraba “el último mozartiano
La "cencerrada"
del Tanhäuser
        C.   Siempre reconoció, el influjo de Bellini y Spontini
        D.   Asumió la orquesta de Berlioz
        E.   Y era muy amante de la ópera cómica de Méhul y la de Boieldieu

Estas herencias, muy reconocibles, según los críticos, deberían haber atenuado el rechazo del público. 


10.- ¿Enano o Gigante?
Nadie se pone nunca de acuerdo sobre la estatura real de Wagner. Distintas son las versiones. Las detallamos:
Wagner dirigiendo
  1. La policía de Dresde, en la revolución de 1848, lo describía como de estatura media.
  2. Un crítico de la época le calificó de enano, por su 1’56 de estatura.
  3. El autor de un libro sobre él, le pone la marca en 1’63
  4. Finalmente, en el propio museo de Bayreuth, puede leerse que, su estatura, era de 1’70 metros.

PD: ¡Es fácil! Se arregla haciendo la media. Sale exactamente un metro y sesenta y cinco centímetros. Ni enano ni gigante.


11.- Impudicia Crítica
El feroz Eduard Hanslick
Tras el estreno del “Tristán e Isolda”, en Viena, alguien preguntó a Eduard Hanslick, su opinión al respecto. Dijo: “hay cosas que me han gustado y otras que no”. El interlocutor preguntó entonces: “Que cosas no le han gustado de la obra”. El célebre crítico, respondió secamente: “la música”.

PD: Eduard Hanslick (1825/1904), musicólogo y crítico musical austriaco. Defensor en música del formalismo (música pura) frente al idealismo romántico (música del porvenir). Tenía gran reputación. Tuvo arduas disputas con otros músicos y críticos. Enemigo acérrimo y declarado de Richard Wagner.


12.- Nacionalsocialismo
Winifred, la esposa nazi
del hijo de Wagner
El uno de octubre de 1923, la catedral wagneriana de Bayreuth, recibió la visita de un delgado y pálido personaje. Estuvo visitando, silenciosamente, la casa de Wagner. Se detuvo, largamente, delante de la tumba del compositor. Winifred Wagner, recuerda: “Él se dirigió hacia nosotros, nos habló mientras se iba acercando y nos prometió que si algún día tuviese influencia en los destinos de Alemania, entonces haría lo posible por devolver ”Parsifal” a Bayreuth”. Como os habréis figurado, este hombre era Adolf Hitler.

Liszt (al piano) con Wagner

PD: Winifred Wagner (1897/1980), viuda de Siegfried Wagner (hijo de Richard Wagner y Cósima). En 1923, conoció a Hitler en el festival de Bayreuth. Desde entonces, trabó gran amistad con él y desarrolló una admiración inusitada hacia su persona. Regentó el festival de 1931 a 1944, y su peligrosa devoción por el nacionalsocialismo, provocó su caída.


13.- Sinceridad materna
El humorista parisino Charivari, hizo una caricatura de época, en la que se veía a una hija crecidita, tocando el piano con su mamá, de profesora, al lado: “pero mi niña, ¡eso que estás tocando no suena bien!”. “Mamá, -contesta la niña- estoy tocando el Tannhäuser”. “Ah, entonces es diferente”.

PD: Tannhäuser”, resultó ser un fracaso en Dresde y aún lo fue, mucho más, en París. Constituye, probablemente, el mayor fiasco de toda la historia de la ópera. El público no estaba preparado y los socios del Jockey Club, hicieron de las suyas. Llegaron, como siempre, al segundo acto. Como no había ballet, armaron la gorda.


14.- Rubor de busto
Tannhäuser” en un teatro de provincias. La cosa no marchaba todo lo bien que era de desear. El director, suspiró aliviado,  cuando la obra terminó sin que sucediera nada irreparable. Pocos días antes se había colocado el busto de Wagner en el vestíbulo. Cuando el público salió, al terminar la ópera, la estatua había desaparecido. En su lugar podía verse un cartel que decía: “¡Al ver este “Tannhäuser” me he marchado y ... me pensaré si vuelvo!”.

Charles Baudelaire
PD: Tannhäuser” es un gran paso adelante, en la búsqueda de estilo. Impactó muy profundamente en el poeta francés Charles Baudelaire, quien escribió una carta a Wagner en términos muy elogiosos: “… por acostumbrado que esté a la gloria un gran artista, no habría de ser insensible a una felicitación sincera… sería como un grito de agradecimiento… le debo el mayor gozo musical que jamás haya experimentado”.


15.- Exaltada emoción
Levi, Mottl (de pié) y
Richter, directores
de Bayreuth
Félix Mottl, fue ayudante de dirección en Bayreuth. Ensayaba “La Walkiria”, en la escena donde, Brunilda, anuncia a Sigmund que va a morir. El joven concertador, se emocionó, de tal manera,  que olvidó sus obligaciones. Wagner le aconsejó bondadoso: “Pero querido mío ¿qué son esas sensiblerías? La emoción se deja para los de allí abajo en la platea; nosotros aquí arriba sabemos de qué va y debemos conservar la calma”.

PD: Con “La Walkiria”, Wagner llegó a la cima de sus creaciones dramáticas y musicales. El final de esta ópera, es uno de los momentos de mayor intensidad, poética y emotiva, de toda La Tetralogía. Con ella, se le abrieron muchas puertas a Wagner y logró consagrar la importancia de todo el ciclo.


16.- Cabalístico
Parece ser que el número trece se repitió mucho en la vida de Richard Wagner. Aquí van algunos ejemplos:
  1. Nació el año 1813.
  2. Trece son las letras de su nombre y apellido.
  3. Trece es el resultado de sumar los  números del año de nacimiento.
  4. Un trece de octubre, sintió su primer impulso musical.
  5. Un trece de setiembre, inauguraron el teatro de Riga, donde se puso al frente de una orquesta, por primera vez.
  6. Un trece de agosto, entró en la casa de Bayeuth y un trece de agosto, se marchó.
  7. Trece son los años de su destierro.
  8. Trece son las óperas que compuso.
  9. Un trece de Abril, terminó “Tannhäuser” (1845).
  10. Un trece de Marzo, fracasó “Tannhäuser”, estrepitosamente, en París (1861).
  11. Un trece de mayo, “Tannhäuser” fue repuesta, después de cincuenta años (1895).
  12. Un trece de enero, su suegro -Franz Listz- le visitó por última vez (1883)
  13. Un trece de febrero, murió en Venecia (1883).
  14. Ese mismo día se cumplía el decimotercer aniversario de la unificación nacional alemana.

PD: Las coincidencias, en la mayoría de los casos, no son más que puro azar. Pero hay algunas que, por lo menos, te hacen pensar en que es lo que habrá detrás. ¿Existirá un sentido oculto en todo ello? Desde luego, la relación de Wagner con el número trece, es una de las más sonadas en la historia musical.


17.- Té solo, gracias
Se trata de una broma que quisieron gastarle al tenor, en una representación del “Sigfrido” de Wagner, en Manchester, durante el año 1976. Habían llegado al punto en que, atravesado el fuego protector, el protagonista, tiene que acercarse, con prevención, a la figura durmiente de Brunilda, y, tocándole el pecho de la coraza, debe decir: “¡Pero esto no es un hombre!”. La situación, resulta potencialmente cómica. Pero, nuestro hombre, con su decidido comportamiento, eliminó la posibilidad de que se rieran los espectadores. Más lo que sucedió después, requirió, una vez más, que pusiera a prueba su entereza y profesionalidad. Bajo el busto, vio un pedazo de papel que decía: “No molestar, desayuno a las 7,30, con el té”. Muy difícil le fue, contener la risa y seguir con la función.

PD: Bernard Shaw en su ensayo “El perfecto wagneriano” (1899) dio al “Anillo”, una interpretación política.  Shaw, ve en los gigantes, al paciente proletariado, en los nibelungos, a los empresarios capitalistas llenos de ambición, en los dioses, a los intelectuales, a quienes se ha confiado, la conducción del Estado y de la Iglesia.


18.- ¡Esas luces!
La Fenice de Venecia
El Teatro La Fenice de Venecia, acogió, en 1981, una producción de “Tristán e Isolda”, de Richard Wagner. Era la peor, de todas las que hubiera podido ofrecer la Serenísima. La escena parecía hecha, enteramente, de plástico negro. El momento más interesante de la representación fue cuando, Isolda, dijo, en el segundo acto: “Apaga la luz de la fe”. Por problemas en el grupo eléctrico,  todas las luces del teatro y de la sala,  eligieron, ese preciso momento, para encenderse. Peter Maag, que dirigía, prosiguió con su profesionalidad habitual, a pesar del estallido de risas de la audiencia.
La Fenice

PD: La Serenísima Venecia, fue la primera ciudad del mundo, con teatro público de ópera. Los espectadores, tenían que pagar para ver la función. Era el Teatro San Cassiano, abierto en 1637. En Londres, en el siglo XVII, no había ninguno, por problemas religiosos. En Alemania, la primera sala se abrió en 1678.


19.- Se ha escapado un dragón
Estaba previsto subir “Sigfrido”, al escenario de Bayreuth, en 1876. Esta  ópera, requiere de un dragón en el palcoescénico. Es el gigante Fafner, que se ha auto-convertido en ese animal, para proteger mejor el tesoro. Wagner encargó la construcción a unos especialistas ingleses. Se trataba de una figura, hecha de cartón piedra. Los anglosajones, lo construyeron  concienzudamente. Una vez fabricado, se embaló con delicadeza y, suponemos, llegaría al destino que le pusieron: Beirut (Líbano), en lugar de Bayreuth (Alemania). En el festival, tuvieron que arreglarse como pudieron.

PD: Fafner y Fasolt, son dos gigantes que construyen Valhala, la casa de los dioses. Reciben, a cambio, el oro del Rin. Los dos se pelean por la riqueza y muere Fasolt. Fatner, entonces, se convierte en Dragón. Algunos, han hecho interpretaciones de estos personajes. Fasolt, correspondería a la utopía de 1789 (sueña con la justicia y la igualdad). Para este idealista, el dinero no tiene valor; sólo las mujeres y el amor valen la pena. Su hermano Fafner, sería más la revolución de 1791.


20.- Pito, pito, gorgorito
En la Opera de Praga, había una estatua de Richard Wagner. Cuando dicha ciudad fue ocupada por los nazis, uno de los oficiales alemanes, se dio cuenta de que entre las esculturas del Teatro, había una de un compositor judío. Ordenó, inmediatamente, que la quitasen. Los operarios checos, encargados de hacerlo, no tenían ni idea de cuál era. Supusieron que el judío debía ser, el que tuviera la nariz más grande. Y retiraron la estatua de Wagner...

PD: Los Comentarios de Richard Wagner, sobre los judíos y sus Ensayos de naturaleza racial, han generado debates acalorados. Estos aspectos, continúan influyendo sobre el modo de considerar sus obras. Otro factor, es la supuesta influencia del compositor, en el antisemitismo de Adolf Hitler.


Richard Wagner, se convirtió en figura polémica mientras vivía, por sus obras y personalidad (óperas, escritos, política, creencias, estilo de vida). Después de su muerte, el debate sobre la interpretación de sus ideas, siguió latente, particularmente en Alemania. Durante el siglo XX, continuó la controversia. Hasta nuestros días, que aún sigue siendo tema de actualidad. Es el único caso de este tipo, en toda la historia de la música.

3 comentarios:

Germán García Tomás dijo...

Precisamente esa eterna cuestión del antisemitismo ha vuelto a aflorar en esta edición número 100 del Festival de Bayreuth al acudir músicos israelíes por primera vez en la historia a interpretar obras de Wagner en suelo alemán. Desde Israel víctimas del Holocausto nazi se han quejado de que Wagner y su música sigue representando las esencias del nacionalsocialismo. Como vemos este Festival año tras año no cesa de provocar polémicas.

Juanba dijo...

Gracias Herman por tu aportación, como siempre, muy efectiva. Cuando redacté este tema, no demostré del todo mi opinión, pues quise respetar, por encima de todo, a los wagnerianos. Pero, efectivamente, hay mucho que hablar y polemizar con Wagner. Un saludo, amigo

Germán García Tomás dijo...

No, yo tampoco quiero entrar en temas delicados, simplemente te daba esa información de este año como dato curioso. A mí personalmente me apasiona mucha de la música de Wagner independientemente de su ideario político-racial. Sólo me quedo con su aportación artística a la Historia de la Música, en mi opinión, abismal e inconmensurable, y a la que hay que demostrar, al menos, admiración ante arte tan supremo.

Pero volviendo al tema, si esos músicos israelíes han decidido venir a Bayreuth este año a interpretar obras del autor alemán, es porque han aceptado voluntariamente la invitación del Festival. Un abrazo y adelante con las curiosidades operísticas.